Ciudad de México (13 de octubre de 2015).- Escondidos en casas, azoteas y hasta en los Oxxo se encontraron a estudiantes sobrevivientes del ataque de Iguala la noche del 26 de septiembre de 2014.
En su declaración ministerial ante la PGR, la cual consta en versión pública de la institución sobre los hechos de Iguala, Víctor Jorge León Maldonado, subprocurador de Control Regional y Procedimientos Penales de la Fiscalía de Guerrero, dijo que la noche del 26 de septiembre, se dirigió a Iguala por instrucción del entonces gobernador Ángel Aguirre.
León Maldonado dijo que el delegado del Cisen le confirmó un “enfrentamiento” en esa ciudad. Relató que llegó al Periférico Norte de Iguala, donde en ese momento los estudiantes ofrecían una conferencia de prensa para denunciar que policías municipales habían asesinado a dos de sus compañeros, quienes se encontraban tendidos en el asfalto. Destacó que se acercó a uno de los dirigentes estudiantiles para pedirle que declararan lo ocurrido ante la Fiscalía, a lo que accedieron, con la condición de que comenzaran a buscar a los entonces 68 estudiantes desaparecidos, lista que después se redujo a los 43 actualmente desaparecidos.
De acuerdo con la declaración del subprocurador, una vez que iba encontrando estudiantes escondidos, los trasladaba a la fiscalía regional de Iguala, donde parecía un mitin, debido a que los normalistas gritaban consignas que, decían, era para hacer catarsis por lo que les había ocurrido.
“(Uno de los dirigentes estudiantiles) me dijo que si acompaña al Ministerio Público con sus demás compañeros y maestros, pero que le ayudara a buscar a todos sus compañeros, que estaban ocultos detrás de la balacera. Fuimos a la fiscalía regional en Iguala, y ahí dejamos a la mayoría”
“Fueron conmigo mis escoltas, y otras personas que no recuerdo sus nombres, a buscar a sus compañeros. Recuerdo que cerca del lugar de los hechos sobre Periférico Norte, se les juntó una mujer, y los tres bajo la lluvia iban gritándoles a sus compañeros”.
“Los primeros los encontramos en la azotea de una casa, los cuales fuimos a dejar a la fiscalía regional de Iguala. De ahí, me pidieron que fuéramos por otros de sus compañeros, los cuales nos encontramos en otro lugar, y los mandé también a la fiscalía regional. Fuimos a la casa que dijeron, era de una amiga, y de ahí salieron más chamacos. Yo vi muchos en los otros tres viajes (que hicieron), pero después me comentaron que eran más de 30 (los desaparecidos). Ya en la tercera vez en la Fiscalía (una persona), me dijo que tenía otros compañeros en un Oxxo”.
Fuente: El economista.
