Ciudad de México (05 de diciembre de 2015).- La Universidad de Pen State estuvo a cargo de este estudio donde entrevistó a 50 hombres y mujeres entre 18 y 89 años para grabar cuanto bebían y se ejercitaban por 21 días consecutivos a lo largo de tres periodos al año.
A los que hacen ejercicio les gusta beber, y aunque esa parezca ser una conclusión un poco obvia, también descubrieron que los días que más se ejercitaban, también solían aumentar la cantidad de bebidas que consumían.
Esto puede ser porque el alcohol y el ejercicio activan el centro de recompensas del cerebro, cuando esta parte se activa, el cuerpo quiere perpetuar la emoción placentera y suele prolongar lo que lo causa.
Los investigadores explican que beber después de hacer ejercicio puede provocar que la glucosa no circule bien por la sangre, y justo esta sustancia es lo que necesita el cuerpo para producir energía.
Beber después de hacer ejercicio tampoco es tan bueno, porque le cuesta más a tus músculos recuperarse.
Fuente: Click necesario.