Ciudad de México (11 de julio de 2016).- La semana antepasada, un joven en motocicleta llegó a un restaurante de Ixtapa Zihuatanejo, paraíso turístico en el atribulado estado de Guerrero, a entregar una bolsa que contenía droga y un celular. No dijo más. Se fue.
Pero no era ningún regalo. Más tarde, sonó el teléfono del restaurante:
“Ustedes tienen que vender la droga y pasaremos a recoger 40 mil pesos mañana. Y esto va a ser cada semana”, ordenó la voz.
“Nos pusimos nerviosos”, cuenta un empresario. Después se enteró que otros restaurantes y hoteles recibieron un paquete parecido.
De acuerdo con el restaurantero –quien pidió no mencionar su nombre por seguridad–, hace tres años una banda delictiva se llevó a la sierra a alrededor de siete gerentes. Les prometieron que no les pasaría nada si comenzaban a dar “cooperaciones”. Con el tiempo se acostumbraron y la mayoría no se atreve a denunciarlo.
Sin embargo, los criminales no se quedaron con la extorsión. Pasaron a esta nueva forma de obtener renta y que proviene, consideró uno de los empresarios restauranteros, de una banda menor. :os cárteles “no hacen esas cosas de andar repartiendo cositas tan pequeñas […]”, dijo. “Esta nueva práctica, creo, es de personas que le juegan al narco y nada que ver con el cártel que esté en esa plaza”.
Ixtapa Zihuatanejo, junto con Acapulco y Taxco, forma parte del Triángulo del Sol en Guerrero. Altamente disputado por el crimen organizado, es el estado menos pacífico del país, tiene la peor calificación en eficiencia del sistema judicial y reporta el mayor número de homicidios [54.5 homicidios por cada 100 mil habitantes] y delitos cometidos con arma de fuego, de acuerdo con el reporte del Índice de Paz México (IPM).
Ese ambiente provoca que el impacto económico de la violencia en el estado sureño, en pesos por persona, sea el más alto a nivel nacional: se gastan 36 mil 33 pesos en la contención de la violencia por persona.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) evidencian lo mismo: Guerrero ha sido el foco de homicidio durante este año. Durante los primeros cuatro meses hubo al menos 692 homicidios dolosos.
“Desde hace muchos años nos piden una cooperación mínima y se ha ido dando, ni modo. No nos metemos en problemas, los restaurantes trabajan normal. Cuando avisan que vamos a tener una mesa especial porque irán los ‘jefes’, llegan, consumen y pagan. Es increíble, ellos no abusan del poder. Hasta eso, son decentes. Hemos vivido con eso, ya nos acostumbramos, no es excesivo […]. Pero esta nueva forma de llegar y llevarte una bolsa con droga y tú la tienes que vender, ya preocupa mucho. A parte de que te piden dinero, te quieren involucrar en la venta de estupefacientes”, acusó en entrevista telefónica.
Su restaurante decidió negociar.
–Ya vienen las vacaciones, van a tener mucho para vender –les dijeron los extorsionadores.
–Nosotros somos meseros, no nos dedicamos a vender eso [droga]. Por favor vengan por su bolsa y les damos una cooperación.
Se les convenció de que no podrían ofrecer la droga a sus clientes, pero les cooperarían con 5 mil pesos. Los aceptaron, pasaron por la bolsa y se fueron.
Hasta el momento no han vuelto con otra bolsa. No saben si vayan a regresar o llamen para volver a pedir dinero.
“Está muy peligrosa la zona”.
Otros negocios de Ixtapa Zihuatanejo, por su parte, optaron por bajar la cortina.
Un par de discotecas y dos o tres restaurantes, dijo el empresario, prefirieron cerrar la semana pasada para ya no tener problemas. Hace un mes hubo una balacera enfrente del hotel Presidente entre dos bandas y hubo muertos entre ellos.
“Ahorita está muy peligrosa la zona. Estaba muy calmadita”, afirmó.
–¿Ustedes han denunciado las extorsiones?
–A quién se las dices. Das lo que te toca dar y no pasa nada. A ver qué día se acaba. Las mismas autoridades están involucradas. No sé a dónde, nadie se atreve a denunciar. Simplemente cerramos también y nos olvidamos del tema…
Las extorsiones a negocios, acusó, están deteriorando y acabando con el desarrollo turístico en México. Ahuyentan al inversionista en vez de que se interesen por abrir más hoteles, restaurantes o centros nocturnos.
Y los turistas también huyen.
Durante la Semana Santa, la violencia en Acapulco provocó pérdidas por 900 millones de pesos a empresarios del ramo turístico, de acuerdo con el presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio en Guerrero, Alejandro Martínez Sidney, ya que hubo más de 2 mil 800 cancelaciones de cuartos de hotel.
Datos de la Secretaria de Fomento Turístico del gobierno de Guerrero (SEFOTUR) revelaron que, durante la primera semana de aquella temporada vacacional, la ocupación promedio en Acapulco fue del 88.9 por ciento, 10 puntos porcentuales menos frente al mismo periodo del año pasado.
“La gente que ahora visita Acapulco ya no hace lo mismo que anteriormente hacía, es decir, ya no la ves que camine por la costera en la madrugada o que visite otras zonas del puerto. Ahora la violencia ha provocado que los turistas sí vengan al puerto, pero solo vayan a lugares específicos y en horarios habituales”, declaró Martínez Sidney a la prensa en marzo pasado.
Fuente: Sin Embargo. (Por Dulce Olvera)