Ciudad de México (08 de junio de 2016).- La guerra sucia, campañas negras o de contraste no funcionaron el domingo pasado, pues a pesar de los ataques directos que les lanzaron y que incluyeron hasta la exhibición de su vida privada, los candidatos más mencionados como parte de esa embestida ganaron en las urnas.
Francisco García Cabeza de Vaca, acusado de ser parte del crimen organizado, y Miguel Ángel Yunes Linares, señalado como parte de una red de pederastas, ganaron las elecciones en Tamaulipas y Veracruz incluso con ventajas holgadas, como el primero, quien según los resultados preliminares se impuso con ventaja de 14 por ciento.
Publicaciones en el extranjero, documentos, fotografías, grabaciones de voz y videos difundidos en redes sociales, información enviada por mensajería instantánea y la presentación de testigos que daban cuenta de acusaciones directas contra los candidatos ganadores provocaron que este proceso electoral fuera considerado como el más profuso en campañas negras.
Pero el resultado electoral demostró que esas campañas de contraste, como también se conocen, no funcionaron para debilitar las preferencias electorales por los candidatos que resultaron ganadores.
Un fenómeno similar ocurrió en 2009, cuando el PAN, entonces encabezado por Germán Martínez, emprendió una campaña de contraste contra el PRI, liderado por Beatriz Paredes, con mensajes como un crucigrama mediante el que se formaban las siglas de ese partido con sinónimos de conceptos como corrupción y ladrón.
Esa campaña, difundida en radio, televisión y prensa escrita llevó al Revolucionario Institucional a impugnarla ante el entonces Instituto Federal Electoral (IFE), que dispuso su cancelación.
En ese año el PRI logró recuperarse en las urnas y por sí solo logró la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y aumentó a 18 el número de gubernaturas que encabezó. El PRI llamaba a la campaña del PAN “guerra sucia”, pero no le afectó en las urnas.
Otro momento de intensas campañas de contraste fue 2012, con la renovación de la Presidencia de República. El objetivo central de la oposición fue atacar al entonces candidato priista; el uso de las redes sociales fue intenso y era tan constante que la autoridad electoral retiró spots que consideraba agresivos. A pesar de eso, el PRI consiguió ganar la batalla por Los Pinos.
Con excepción del candidato que se impuso en Sinaloa, en este año todos los ganadores fueron sujetos de campañas negras y el medio más utilizado fueron las redes sociales, sin identificación de la fuente que las generaba; el anonimato fue en muchas ocasiones el poder que permitió la amplia difusión de esos mensajes.
Contraste.
Ayer, senadores del PRI, PAN y PRD consideraron que los resultados electorales del domingo pasado deben llamar a la reflexión sobre el desarrollo de las campañas y los factores que incidieron en las preferencias de los ciudadanos.
De las 12 gubernaturas en disputa, sólo en cuatro estados se ratificó el triunfo del partido que actualmente los gobierna.
En las ocho restantes entidades federativas los ciudadanos votaron por otra opción, lo cual implica que no se ofrecen gobiernos eficientes, concluyeron.
El lunes, Marco Antonio Mena, quien se perfila como ganador en Tlaxcala, de acuerdo con los resultados del PREP, lamentó que en los últimos años, la guerra sucia sige dominando en los procesos electorales, principalmente en las redes sociales, lo que genera un mal clima electoral.
Es positivo que se conozca a esos candidatos, dijo, pero no de esa forma.
Fuente: Excélsior.