Antonio González Vázquez
Por la tarde del pasado viernes 21 de abril, el alcalde capitalino, Enrique Francisco Galindo Ceballos, transmitió un mensaje en vivo en sus redes sociales para compartir lo “bien que le fue a la capital durante la última semana”.
Al dar lectura a algunos de los mensajes que le llegaban, varios le preguntaron sobre El Saucito, en cuyo caso, se quejaron de que “dice que va a venir, pero hasta ahora no lo ha hecho. Solo nos manda a sus secretarios que dicen que si se cae la iglesia con su obra fallida, pues que le paran, ya después del gran daño que le ocasionarían a nuestro monumento que es patrimonio protegido. ¡En qué cabeza cabe!”.
Sin compartir en la transmisión lo que le comentaron, el edil priista respondió lo siguiente:
“Miren, no voy a evadir esto que me están preguntando, pero lo voy a hacer de otra manera; me están poniendo varios mensajes del tema de El Saucito: voy a programar una reunión, los voy a invitar porque yo creo que hay mucha desinformación. No voy a afectar en lo absoluto, yo soy de El Saucito, yo soy de la Industrial Aviación y yo viví en San Ángel, yo no quiero, no es mi postura, no deseo y no haré algo que afecte a El Saucito y al culto del Señor de El Saucito, pero necesito platicar y eso merece una reunión en particular. Yo estaré por allá”.
Por su parte, las y los habitantes de El Saucito publicaron este lunes 24 de abril un desplegado público en el que reafirman su rechazo a la construcción del paso a desnivel proyectado por el Ayuntamiento.
En el escrito –dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador; el gobernador José Ricardo Gallardo Cardona; nuncio apostólico del Vaticano en México, Joseph Spiteri; arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe– demandan su intervención y posicionamiento ante proyectos que la población no aprueba, pues ni siquiera han sido consultados.
La construcción del puente “es una arbitrariedad y un atropello, un proyecto que dejará daños irreparables a nuestra comunidad, arrebatándonos el derecho al uso social del espacio, modificando nuestro sistema de religión, de creencias, costumbres, tradiciones, ritos y ceremonias, alterando nuestra forma de vida, cambiando el entorno natural”.
También reprocharon que el alcalde Galindo diga que quienes se oponen al proyecto no son habitantes de El Saucito, pues es una calumnia y un acto de intimidación.
También demandaron la intervención de la presidencia de la República, la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a nivel nacional y estatal, así como de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CEDH) y a la jerarquía de la Iglesia católica “para que velen por la defensa y protección de nuestros derechos como ciudadanos y habitantes de El Saucito. Ninguna institución se ha pronunciado al respecto, a fin de atender nuestras peticiones y velar por nuestros derechos”.