Carlos Rubio
Lo hecho a las Carreras termina mal. Ya sea con exfuncionarios enjuiciados, escondidos de la luz pública o con el fin de un partido político que dominó el estado durante décadas. Aun así, Ricardo Gallardo Cardona insiste en que su Gobierno ande a las Carreras, con el riesgo que eso puede implicar para los potosinos, e incluso para él y su gabinete.
Es una realidad que la Arena Potosí no estará lista para el Campeonato Nacional Charro, con todo y que la obra está hecha a las Carreras. Pasó de costar 290 millones de pesos a 481… ni con casi 200 millones más de presupuesto una de las empresas favoritas del gobernador logrará terminar una obra que, muy al estilo de los sexenios pasados, nadie pidió y nada abona al bienestar de la capital.
Pero hasta los caprichos del gobernador deben tener un límite y ya se dio cuenta de ello. La Arena no puede ser usada si no se comprueba que puede soportar a más de 10 mil personas al mismo tiempo, y eso no se hace de la noche a la mañana, hay tiempos para hacerlo establecidos por la ingeniería civil, que ni todo el presupuesto del estado podrán acelerar.
En pocos días la narrativa del Gobierno sobre la Arena Potosí ha ido cambiado: hace dos semanas no había un plan b para el Campeonato Charro y el recinto debía terminarse sí o sí; después se abriría solo un sector de la Arena para utilizarse durante el evento; luego comenzó a importar la seguridad y sin ella se dijo que no se usaría el espacio; finalmente ya no es tan necesario que el lienzo se inaugure con el certamen de charrería…
La Arena Potosí cada vez se vuelve más surreal. Primero se construye a menos de 100 metros de El Domo, un recinto capaz de albergar una gran variedad de espectáculos y con similar capacidad. Después aumenta su costo en 190 millones de pesos. Luego muere un trabajador y el gobernador arremete contra los medios de comunicación. Y ahora no va a ser la sede del evento para el que fue construida. Si a esta serie de eventos le agregáramos un desvío de recursos, poco sorprendería a alguien.
Muy seguramente alguien, al principio del año, le aseguró a Gallardo Cardona que la Arena estaría lista para usarse en noviembre. Ese alguien o quiso engañar al gobernador o está dirigiendo su primera construcción, porque cualquier novato anticiparía que las obras siempre se atrasan y bien se le pudo advertir al mandatario lo imposible de su deseo.
Una vez que se dieron cuenta de que es imposible acabar la Arena Potosí, la obra debe llevarse con calma. Ya podrán hacer ahí cien campeonatos charros en los próximos cien años, pero para eso el recinto debe mantenerse en pie, cumplir con parámetros de calidad y ser seguro para todos los asistentes.
Ya les pasó con Villa de Pozos. Un proceso hecho a las Carreras terminó frustrando su deseo de celebrar elecciones en 2024. Si el juzgado encuentra elementos, podría tirar todo el proceso y mandar a la basura mucho más de los 20 millones de pesos gastados en el plebiscito.
Pero andar a las Carreras es el sello de la administración gallardista. Así arrancaron la Feria Nacional Potosina en 2022. Con la pintura todavía fresca cortaron el listón y comenzaron a recibir asistentes.
El puente atirantado no atirantado de la carretera Rioverde abrió hace algunas semanas y todavía continúan arreglando cuestiones de vialidad con peatones y escuelas que no previeron desde antes.
Las obras en el Barrio de San Miguelito estuvieron paralizadas durante semanas, con las calles intransitables, porque llegaron a romper el piso sin permiso, sin proyecto y todo por ir a las Carreras.
El Jardín Japonés del Parque Tangamanga I fue inaugurado con la presencia del embajador de Japón, pero también con maquinaria aún oculta entre los árboles, caminos de piedra sin terminar y vegetación que llevaba pocos días de ser plantada.
Este Gobierno se está volviendo muy a las Carreras. Le vendría bien pisar el freno de vez en cuando, porque una cosa es que el pino no prenda y todo se vuelva risas, pero otra muy diferente es comprometer la seguridad de 10 mil personas con tal de usar un lugar que ni si quiera se debió haber construido.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.