Golpe brutal a la Gallardía

Antonio González Vázquez

Por la mañana del pasado 5 de febrero, frente al Teatro de la República en la ciudad de Querétaro un grupo de gobernadoras y gobernadores se formaron en fila para la fotografía. Algunos reporteros pidieron que expresaran algo y el potosino, José Ricardo Gallardo Cardona se arrancó con un “estamos aquí para expresarle todo nuestro respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo”, alocución que otros de sus pares siguieron de manera entusiasta.

Estaban por ingresar al recinto donde se realizaría la ceremonia del 108 aniversario de la Constitución. Día simbólico para la nación en honor al Constituyente de 1917, fecha emblemática de profundo valor patriótico.

Gallardo Cardona convivía alegremente con lo más granado de la clase política nacional en lo que sería el primer acto de la presidenta en torno a nuestra carta magna. Había una expectativa enorme respecto del discurso presidencial por las circunstancias del momento.

Una de ellas, el hecho inédito de que el Poder Judicial no fue convocado “por faltas de respeto a la Constitución”, aunque sí asistieron como “invitadas especiales” las Ministras Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf.

La otra y quizá la más importante, la delicada situación en que se encuentran las relaciones entre México y Estados Unidos tras el retorno de Donald Trump a la presidencia de ese país.

En los lugares de honor en el presídium, la presidenta Sheinbaum, el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, los presidentes de las Cámaras de Diputados y Senadores, Sergio Gutiérrez Luna y Gerardo Fernández Noroña, respectivamente, así como integrantes del Gabinete Legal.

Detrás estaban las y los gobernadores. A su arribo, la presidenta se acercó y saludó a todos. Beso de mejillas con el mandatario de San Luis que no paraba de aplaudirle mientras resonaba el coro de ¡presidenta, presidenta, presidenta.
Como se esperaba, la presidenta destacó que México es un país libre, soberano e independiente que siempre buscará colaboración sin subordinación ni sometimiento.

“¡No somos colonia de nadie, ni protectorado de nadie! Podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello, pero jamás permitiremos que violen nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de nuestro pueblo y de nuestra patria. Cooperación, sí; subordinación, no. Colaboración, sí; sometimiento, no. Nada de injerencismo, ni intervencionismo, tampoco de racismos, ni de clasismos. Sí a la defensa de nuestra Constitución. Sí a la defensa de nuestras libertades. Sí a la defensa de la democracia. ¡Sí a la defensa de la patria!”, puntualizó.

Una vez fijada la postura frente a Estados Unidos, la presidenta recordó que el 5 de febrero de 2024, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso de la Unión un paquete de 20 reformas constitucionales.
Esas reformas se concretaron después de que el pueblo mexicano le dio el triunfo a la cuarta transformación en las elecciones del 2 de junio, dijo.

Fue entonces que anunció: “Hoy, 5 de febrero, no puedo dejar pasar la fecha, así que estoy enviando al Congreso de la Unión dos nuevas reformas constitucionales: La primera. En honor a la Constitución de 1917, la no reelección a ningún puesto de elección popular. ¡Sufragio efectivo, no reelección! La segunda. La prohibición expresa de que ningún familiar pueda suceder de manera inmediata a otro tratándose de un puesto de elección popular, es decir, no al nepotismo. Nuestra lucha por la democracia y contra cualquier forma de corrupción son un asunto de principios”, aseveró.

Sentado a unos metros del atril desde donde la presidenta ofrecía su encendido discurso, el gobernador Gallardo Cardona aplaudía tímidamente en contraste con el fervor mostrado por otros de sus homólogos.
El gozo se había ido irremediablemente al pozo.

Días después, el gobernador matizó el efecto devastador de la medida y parco expresó su respaldo a la iniciativa que, a su juicio, “no nos afecta nada”, de modo que se jactó que en el Partido Verde Ecologista de México, “tenemos diez que pueden ganar una elección”.

Lo anunciado era una medida general, no dirigida a alguien en lo personal. Sí para los Moreiras, Monreales, Salgados y Gallardos que históricamente han poblado espacios de poder en estados y municipios.

De eso se trata la reforma en materia de nepotismo electoral: de eliminar uno de los vicios más acendrados en la clase política nacional.

Ese día, el proyecto transexenal de la Gallardía recibió un golpe brutal, cuya letalidad habrá de concretarse cuando la Constitución establezca la prohibición del nepotismo electoral.
La intención de que familiares directos del gobernador Gallardo Cardona lo sucedan en el cargo en los comicios de 2027, muy pronto será erradicada.

La iniciativa presidencial fue recibida por la tarde del sábado en la Cámara de Senadores y fue turnada de inmediato a las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos.

En su contenido sustancial, la propuesta precisa que “para garantizar que accedan a cargos públicos quienes tienen los méritos, habilidades, capacidades y experiencias requeridas para ocuparlo y no por nexos familiares”.

Por ello, “se establece como requisito de idoneidad para quienes pretendan contender por un cargo de elección popular, que no tengan o hayan tenido en los últimos tres años anteriores al día de la elección un vínculo de matrimonio, concubinato, relación de pareja o de parentesco por consanguinidad o civil en línea recta sin limitación de grado y en línea colateral hasta el cuarto grado o de afinidad hasta el segundo grado con la persona que ocupa el puesto al que aspiran”.

Bajo esa conceptualización, la senadora Ruth Miriam González Silva y el diputado federal, Ricardo Gallardo Juárez, esposa y padre del mandatario potosino quedan descartados a la candidatura por la gubernatura al incumplir el requisito de idoneidad.

El planeado cacicazgo se ha derrumbado, lo empezó a hacer trizas la presidenta de la república; el golpe asestado es brutal contra el objetivo antidemocrático de establecer un cacicazgo familiar en el gobierno estatal.

La prohibición del nepotismo electoral, sin embargo, no necesariamente significa el eventual desplome de la Gallardía que ha logrado consolidarse como la primera fuerza política en San Luis Potosí.
Se debilita, sí. Y mucho, al ser un movimiento cuyo engranaje principal está representado en la figura del mandatario y de sus familiares.

Como bien apuntó el gobernador, el Verde “tiene una estructura fuerte con múltiples opciones para competir”, pero hay un abismo de distancia en el hecho de que en la boleta electoral de la elección a la gubernatura no aparezcan su esposa o su padre y en su lugar sí, alguno de sus más sórdidos colaboradores.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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