Gris, gris, gris

Carlos Rubio

A cada legislatura se le recuerda por algo negativo en particular. Y, regularmente, cada que acaba una, se le considera como peor que la anterior.

Pero algo pasó en aquel lejano periodo 2015 – 2018 con la sexagésima primera legislatura de San Luis Potosí, que parece que dejó la vara muy muy alta en cuanto a pésimo trabajo y exceso de escándalos, que a pesar de tener sucesores bastante competitivos, no la han podido superar.

Aquí valdría la pena que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿qué será menos peor? Un grupo de corruptos escandalosos u otro grupo gris carente de personalidad y de decisión propia.

Cada quien podrá responderse a sí mismo, pero bien vale la pena recordar que el haber sido la legislatura más gris de la historia no los exime de haber sido omisos, opacos y sí, corruptos.

El punto más vergonzoso a destacar para la mayoría es la sumisión que tuvieron al gobernador Ricardo Gallardo Cardona.

Convirtieron el cargo de diputado en el de saca copias nivel A y se dedicaron a imprimir las iniciativas que les mandaron desde el Palacio de Gobierno.

Lo más grave aquí no es el haber priorizado, sin análisis, las ocurrencias de Gallardo Cardona. Lo peor es el haber exhibido, sin pena, que su único interés fue servirle a una persona y a un partido político, para un beneficio propio que hoy se retribuye en forma de candidaturas y próximos cargos en Gobierno.

De lo que no se dan cuenta es que ya se van del cargo, pero siguen viviendo en el mismo estado y en la misma ciudad. Sus omisiones para legislar sobre verdaderas cuestiones trascendentales les terminarán afectando de una u otra forma.

La más grande de sus omisiones quizá es a la armonización de la Ley de Movilidad, que desde la Cámara de Diputados se les dieron 180 días para adaptarla en el estado, pero que prefirieron perder el tiempo en su gran fracaso de municipalizar Villa de Pozos.

Ni con un amparo en contra se pusieron a trabajar en una nueva Ley de Movilidad y apenas van a aventar un mejoralito que para lo único que les va a servir será para aventarle la chamba a la siguiente legislatura.

El pasado martes dos ciudadanos acudieron al Congreso para presentar una iniciativa para crear una nueva Ley de Movilidad, que lleva por nombre Ley Santi, un joven que sufrió las consecuencias de vivir en una ciudad con autoridades omisas, que lo único que alcanzan a ver son sus zapatos.

De seguir el estado sin una Ley de Movilidad adecuada, los principales actores políticos, Ricardo Gallardo y Enrique Galindo, seguirán inventando obras que poco y nada traerán de beneficios a peatones y transeúntes.

Por un lado se construyen pasos a desnivel y se pavimentan calles cuyo único objetivo es el paso de automóviles. Y del otro lado… pues se levantan puentes “atirantados” que no le sirven a nadie ni si quiera a los conductores.

Así de critica está la movilidad en el estado.

Y son las consecuencias de tener a personajes sin visión, voluntad ni dos gramos de cabeza. Podrán llegar al cargo personas sin ningún tipo de preparación, pues las elecciones son abiertas a todos, sin embargo, con apertura y ganas de cambio, se podrían hacer bastantes cosas.

Lo malo es que el único cambio que pretenden es de nómina.

Que esta legislatura sirva de ejemplo para darnos cuenta que hacen el mismo daño los corruptos, que los personajes grises. La única diferencia es el color y la marca de su traje.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.

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