Chilpancingo, Guerrero (15 de junio de 2016).- Niñas y niños de entre 3 y 10 años de edad son sacados de los jardines de niños y primarias para colgarles pancartas en el cuello y usarlos en las marchas que realizan integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) para protestar contra la Reforma Educativa.
Son las directoras de escuelas como los jardines de niños Jaime Torres Bodet y José Azueta, en Petatlán, aunque también se ha dado en Chilpancingo, quienes sacan de sus aulas a los menores y les colocan cartelones en los que se lee: “Desde hoy empiezo a luchar”, “Maestra, no estás sola, mis padres te apoyan” y “Yo apoyo a mi maestra”.
José Luis González de la Vega, secretario de Educación de Guerrero (SEG), señaló que esa dependencia y la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CDHE), analizan la ruta jurídica “para ver cómo vamos a denunciar a esos maestros que están sacando a los niños de las aulas, arriesgando incluso sus vidas”.
Agregó: “Es lastimoso ver a un niño que no tiene la conciencia, con las cartulinas en el pecho y en la espalda para llamar la atención. Estos maestros a todas luces están violentando la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes. No es válido que los maestros propicien y fomenten que los niños salgan a las marchas cuando su obligación es tener a los pequeños en las aulas”.
Explicó que hasta el momento no puede determinar el número exacto de maestros que serán denunciados.
Señaló que como máxima autoridad educativa de la entidad “estoy obligado a tomar las medidas necesarias para prevenir, atender y sancionar los casos en que niños, niñas y adolescentes se vean afectados. Existe preocupación por esa nueva actividad por parte de la CETEG, porque los exponen a muchos riegos”.
Consideró que los padres que se han prestado para que los cetegistas utilicen a sus hijos en sus movilizaciones son imprudentes, porque puede haber un accidente. Por ello, desde mayo, la SEG inició una campaña para concientizar sobre los riesgos de que sus vástagos vayan a marchas.
Fuente: La Razón. (Por María Cabadas)