Hablando de la elección más grande de la historia de México en SLP

Por Marcela Del Muro 

Faltaba menos de una hora para comenzar el cierre de campaña de los y las candidatas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en San Luis Potosí, el pasado 29 de mayo, la Plaza Fundadores, en la capital del estado, estaba casi vacía, con menos de un tercio de su capacidad. Se encontraban pequeños grupos de vecinos y vecinas de distintas colonias de la capital y de municipios cercanos, a los que se les fue uniformando con playeras, cachuchas, sombrillas, mandiles, mochilas, banderines, matracas y pancartas de los distintos aspirantes.  

Unas vecinas de la colonia Independencia se encontraban sentadas en banquitos plegables casi a la mitad de la explanada. “Nosotras venimos a apoyar a Sonia Mendoza (candidata a la alcaldía capitalina), nos convenció por lo que dice y lo que hace porque nos ha apoyado mucho con el problema del agua, nos apoyó con tinacos y nos envía pipas porque no tenemos agua”, comenta una de las mujeres, mientras el resto afirmaba. Una familia de La Pedrera, que también apoya a Sonia Mendoza y a la candidata a senadora Ruth González Silva, esposa del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, esperan que ahora sí les cumplan con la pavimentación de su colonia. “Toda está bien descuidada, muchos nos han prometido, pero creemos que ella sí nos va a cumplir”.     

Faltando media hora para el inicio del mitin, un grupo de aproximadamente cien personas llegó por la calle de Alvaro Obregón. Eran los comerciantes ambulantes del Centro Histórico, que fueron convocados por sus líderes y también iban a respaldar a Sonia Mendoza. “Apoyamos pero también queremos que nos cumplan, vamos a ver y que nos cumplan. Cada que hay cambios [de gobierno] se complica, ella nos dijo que todo se arreglaría y no tendremos más problemas”, comenta una mujer que portaba un delantal verde fosforescente y un banderín donde se leía: “Con Sonia Mendoza, apoyo total”. Los comerciantes fueron recibidos por operadores políticos que les dieron aguas desechables, playeras, pancartas y más banderines.    

También llegaron integrantes del magisterio, que pasaban a firmar en las listas que traían algunos integrantes sindicales. “Mientras que al titular de la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado (SEGE), Juan Carlos Torres Cedillo, se le dio un lugar preferencial dentro de la carpa de autoridades, docentes integrantes del grupo “Verde Magíster”, simpatizante del PVEM, llegaron en caravana y colocaron pancartas de su grupo”, narra Abelardo Medellín en la crónica sobre el evento

Otros trabajadores de dependencias del Gobierno del Estado llegaron en grupo. El horario era ideal para que fueran tras su jornada laboral. Algunos aseguraron estar convencidos de su asistencia, pero otros denunciaron haber sido obligados a acudir. Para las seis y treinta de la tarde, hora del evento según la convocatoria, el grupo CVerde, integrado por trabajadores del Colegio de Bachilleres y encabezado por su titular Ricardo Daniel Centeno, llegó por la calle de Damian Carmona, seguida por una banda de guerra de alumnos del plantel. Una trabajadora administrativa también denunció que la asistencia al mitin fue obligatoria. 

Los acarreos no son nuevos ni fueron exclusivos del gobierno estatal en estas campañas, también trabajadores del Ayuntamiento fueron obligados a acudir a mítines de Enrique Galindo Ceballos, que busca la reelección por la coalición Fuerza y Corazón por San Luis, integrada por el PRI, PAN y PRD

Así se fue llenando la plaza con exceso de propaganda (basura) electoral de las y los candidatos, la mayoría de Ruth y Sonia, en un evento pintadísimo de verde, pero con poco entusiasmo de los asistentes, que se notaba con la poca interacción que los candidatos lograban tener con sus simpatizantes, que solo movían los banderines.

Durante la campaña, notamos la saturación de propaganda que encabezó la próxima senadora Ruth González Silva, grandes espectaculares con su rostro llenaron las vías rápidas y las calles de la capital.  

“En esta entidad, llama la atención la proliferación de propaganda de la señora Ruth González. Es poderosamente llamativa porque hay más publicidad de una candidatura al Senado que de la propia candidata a la Presidencia de ese partido, que es Claudia Sheinbaum. La pregunta que uno se tiene que hacer, razonablemente, es: ¿de dónde salen todos esos recursos? Cuando una candidatura al Senado tiene un tope de campaña menor que la campaña presidencial. Además, es una campaña que tiene poco sentido porque la señora Ruth González tiene asegurado su escaño en el Senado”, dice el doctor Juan Mario Solís Delgadillo, politólogo investigador de la UASLP.  

En el segundo lugar de la lista de senadores plurinominales del PVEM se encuentra González Silva, después del exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco.   

Una campaña de popularidad de las figuras en el poder 

Sin embargo, es el gobernador del estado, Ricardo “el Pollo” Gallardo, la figura que encabezó las campañas del PVEM, como líder de la Gallardía, a pesar de la veda electoral. Estampas y lonas verdes con el dibujo de un pollito donde se leía “Ahhh Pollo!” fueron colocadas desde antes de las campañas en casas y negocios de simpatizantes, camiones públicos y taxis. Ese pollito verde, que fue regalado como peluche en el cierre de campaña, es el símbolo de la Gallardía y es acompañado del jingle electoral: “Apoyo como dice el Pollo”. 

“Apoyo” fue utilizado como parte de los slogans de campaña por todos y todas las candidatas del Partido Verde en el estado. Esta práctica electoral se replica de las elecciones presidenciales. 

“Analizando los últimos cinco años, esto forma parte de esa espiral en la que nos han ido metiendo, de polarización y de enfrentamiento, pero que al final la campaña no es, como tal, una campaña presidencial, más bien es una campaña plebiscitaria o de referéndum en torno al presidente Lopez Obrador, y todas las elecciones locales también giran en torno a eso ”, señala el doctor Solís Delgadillo y explica que la mayoría de los candidatos oficiales han replicado frases, dichos y tonos del mandatario federal.  

Algo que llama la atención de las campañas en el estado es la fuerte división del PVEM y Morena, cuyos esfuerzos se han centrado en promover el voto único a su partido, evitando que sus simpatizantes voten por la coalición Sigamos Haciendo Historia, que también integra al Partido del Trabajo. Esta división fue palpable en las campañas, donde incluso hubo enfrentamientos entre simpatizantes de ambos partidos 

Solís Delgadillo refiere que esto no es una anomalía, esos conflictos se ha visto en varios estados del país. “San Luis se une a este tipo de entidades, donde encuentras a socios políticos que parecen no convivir con demasiada armonía, pero eso tiene que ver, al menos en el estado, con la patrimonialización del Partido Verde, como vehículo para seguir vigente políticamente hablando. Ya pasó con el PRD, utilizaron la estructura para proyectarse políticamente y hemos visto las consecuencias de cuando la familia del gobernador y sus leales abandonaron el partido. El PRD se vació”. 

El politólogo explica que hay una necesidad mutua entre el PVEM y los Gallardo, quienes lograron que el Verde obtuviera su segunda gubernatura de la historia de este polémico partido, pero sin el Verde, u otro partido político, la Gallardía no puede cumplir sus aspiraciones políticas.          

Desinstitucionalización de los partidos 

Regresando al mitin de cierre de campaña del PVEM, que incluyó a perfiles de diputaciones estatales y federales, además de Sonia y Ruth, sobresalen dos apellidos que son sinónimo de poder priista potosino: Valladares y Torres (Corzo). Aun cuando una de las narrativas más utilizadas por el gobierno estatal es “la herencia maldita”, para hacer referencia de la corrupción de los gobiernos priistas que anteceden al del pollo Gallardo, vemos a dos herederos del priismo, Juan Carlos Valladares y Maribel Torres Vilet

A esta holgada ideología política que vemos en los candidatos, incluso en Sonia Mendoza que se consolidó con el PAN, se le llama desinstitucionalización de los sistemas de partidos y, en los últimos años, es una constante en México y en el mundo.     

“Este es un fenómeno que se viene reproduciendo en muchos lugares del mundo. Consiste en que sistemas de partidos, que en otro tiempo eran muy estables porque tenían un caudal electoral muy grande y estable, en un momento para otro se desfondan, tienen escisiones y hay liderazgos que buscan otras agrupaciones políticas; esto tiene que ver con un desencanto o con un castigo y hay un vaciamiento”, explica Solís Delgadillo. “En el río revuelto, muchos hombres y mujeres de la política, en aras de preservar sus carreras políticas o su vigencia en la vida política, buscan nuevas agrupaciones en donde refugiarse para poder continuar. Es un sálvese quien pueda”. 

Esta es la razón de que tantos políticos brinquen de un partido con cierta ideología a otro que, se piensa, es completamente contrario o que la generaciones más jóvenes de familias políticas o de liderazgos que se formaron en cierto partido brinquen a otro sin ningún problema. 

Los bulliciosos y, a la vez, aburridos y vacíos cierres de campaña de todos los candidatos del estado (incluso también la contienda presidencial), reflejan lo que fueron las campañas políticas de la elección más grande de la historia de México. Una elección donde la popularidad no es de los contendientes, sino de los gobernantes ya consolidados en el poder.

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