Ciudad de México (11 de octubre de 2016).- Si usted está enojado o molesto, sería mejor que se tranquilizara antes de ejercitarse intensamente: un amplio estudio internacional vincula el esfuerzo fuerte mientras uno está estresado o iracundo con el triple de riesgo de padecer un ataque cardíaco en una hora.
El ejercitarse en forma regular es un antídoto saludable al estrés y puede ayudar a prevenir las enfermedades del corazón, pero el mayor problema es que demasiadas personas lo practican muy poco. Sin embargo, la nueva investigación insinúa que podría haber mejores o peores momentos para hacer ejercicio, y que los extremos pueden desencadenar daños.
“Este estudio da aún más evidencias del vínculo entre la mente y el cuerpo. Cuando uno está enojado no es el momento para salir y cortar un haz de leña”, dijo Barry Jacobs, psicólogo del Sistema de Salud Crozer-Keystone en los suburbios de Filadelfia y voluntario de la Asociación Estadounidense del Corazón.
No participó en el estudio, el cual fue encabezado por el Instituto de Investigación sobre laSalud de la Población en la Universidad McMaster en Hamilton, Ontario. Los resultados fueron publicados el lunes en la revista Circulation de la Asociación del Corazón.
El riesgo era mayor entre las 18:00 horas y la medianoche, y era independiente de otros factores como fumar, la hipertensión y la obesidad.
Estudios anteriores han examinado el vínculo entre el enojo y el esfuerzo como un detonador de infartos al corazón, pero la mayoría fueron de tamaño reducido o en un solo país, o incluían a pocas mujeres o representantes de las minorías. La nueva investigación involucró a 12.461 personas que sufrieron un primer ataque cardíaco en 52 países. Su edad promedio era de 58 años y tres cuartas partes eran hombres.
Respondieron un sondeo sobre si estaban enojados o molestos, o si realizaron un intenso esfuerzo, en la hora previa a que sufrieran el ataque al corazón, o en ese mismo período de tiempo el día anterior. De esa forma los investigadores podían comparar el riesgo a diferentes horas en las mismas personas y el efecto de estos posibles desencadenantes de un infarto.
El estar enojado o molesto duplicaba el riesgo de sufrir un ataque al corazón en una hora; y un intenso esfuerzo físico tenía el mismo efecto. La conjunción de ambos al mismo tiempo más que triplicaba el riesgo de padecer un infarto.
El riesgo era mayor entre las 18:00 horas y la medianoche, y era independiente de otros factores como fumar, la hipertensión y la obesidad.
“Todos necesitamos hallar formas de modificar nuestras reacciones emocionales y evitar la ira extrema”, como por ejemplo distraerse en otra cosa, alejarse de la situación estresante, tratar de verla desde una perspectiva distinta, hablar con alguien sobre ella y obtener apoyo de otras personas, señaló Jacobs.
El líder del estudio, el doctor Andrew Smyth de la Universidad McMaster, dijo que siguen “recomendando que todos practiquen actividad física en forma regular, incluidas las personas que utilizan el ejercicio para reducir el estrés”, pero la gente no debería ir más allá de su rutina usual en momentos de ira.
El estudio fue financiado por el Instituto Canadiense de Investigación sobre la Salud, otros organismos gubernamentales de diversos países que participaron, y subvenciones de varias farmacéuticas.
Fuente: Excélsior.