Puerto Príncipe (21 de octubre de 2016).- La esperanza ha disminuido para los haitianos que buscan a sus parientes desaparecidos en las zonas rurales más afectadas por el huracán, en el remoto y a menudo ignorado extremo suroriental.
Aunque la ayuda puede llegar de forma lenta y caótica en desastres de todo el mundo, el país más pobre y menos desarrollado del hemisferio occidental vive constantemente castigado por catástrofes naturales y está especialmente mal preparado para afrontarlas. En los cruciales primeros días, la asistencia suele ser poca y tardía, obstaculizada por carreteras infranqueables, puentes derrumbados y falta de recursos e infraestructura.
La misión de estabilización de Naciones Unidas, el equipo de asistencia a desastres del gobierno estadounidense y numerosas ONG dijeron que nunca habían recibido ninguna solicitud específica del gobierno haitiano de ayuda para localizar a los desaparecidos, en medio de la campaña en marcha para llevar alimentos de emergencia, agua y suministros médicos.
El portavoz del Ministerio del Interior, Guillaume Albert Moleon, insistió en que el gobierno tiene la situación controlada. Elogió al personal de protección civil y a los voluntarios que acuden a zonas rurales aisladas, y dijo que las autoridades trabajan de forma metódica para contabilizar a los muertos y ayudar a los vivos.
Funcionarios locales señalaron que sin equipamiento pesado para mover escombros ni embarcaciones, se ven prácticamente impotentes para ayudar en la busqueda de víctimas.
Germa Mazile Celestin, responsable de protección civil en la localidad admitió desde su casa, una de las pocas de la localidad que sigue teniendo tejado, “Lo poco que hicimos fue en efecto muy poco porque sencillamente no tenemos los recursos”.
El alcalde de Les Cayes, la localidad más grande del suroeste, afirmó que no hay cifras fiables de muertos y desaparecidos y que cree que algunas poblaciones podrían estar hinchando las cifras para atraer ayuda extranjera.
“Sí creo que hay haitianos que están hinchando las cifras con el objetivo de atraer esta ayuda de la que han oído hablar, pero de la que no se están beneficiando”, dijo Fortune. “Y también sé que cuando el gobierno central afirma tener las cosas bajo control, no saben de lo que están hablando”.
Días después del devastador terremoto de 2010 en Haití, el gobierno dio cifras de víctimas totalmente dispares, aumentando la confusión sobre cuántas personas habían muerto y levantando la sospecha de que en realidad nadie lo sabía. Semanas más tarde, el recuento oficial subió de poco más de 200.000 a unos 316.000 justo antes de una conferencia de donantes de Naciones Unidas, sin explicaciones claras de cómo había crecido la cifra.
Las autoridades dicen que sigue sin estar claro si las 128 personas que se creen desaparecidas por el huracán Matthew estaban en zonas asoladas por la tormenta de categoría 4.
Fuente: Publímetro.