“Hay que dar primeramente gracias a Dios porque ya se acabó…”

Por Victoriano Martínez

“Siendo las 10 horas queda clausurado el Congreso Charro Jorge Negrete 2023 y invitarlos a todo el país a que gocen del próximo Congreso Nacional de San Luis Potosí 2024. Muchas gracias a todos, Dios los bendiga y sean bienvenidos al Estado más chingón de México, San Luis Potosí”.

Así clausuró el gobernador Ricardo Gallardo Cardona el LXXIX Congreso y Campeonato Nacional Charro San Luis Potosí 2023, cuya organización y desarrollo se estuvo marcado por lo característico del sexenio: las ocurrencias y los caprichos.

Hasta el final, Gallardo Cardona tuvo poco cuidado hasta en las formas. No se tomó la molestia de consultar el reloj al declarar la clausura y simplemente se le ocurrió señalar “las diez horas”, lo que –para algún extremista quisquilloso– habría dejado fuera del evento las competencias finales y la premiación.

Enseguida, invitó a todo el país a gozar del próximo Congreso Nacional San Luis Potosí 2024, pactado desde el jueves de la semana pasada, como quien celebra que se le haya cumplido un capricho, sin importar lo que se haya tenido que hacer para cumplírselo.

El 9 de noviembre, en este mismo espacio se consideró esa posibilidad, en los siguientes términos:

Es muy probable que los charros inconformes puedan ampliar la lista de los aspectos ante los que se tuvieron que hacer de la vista gorda para mantener la sede para cumplir el capricho de Gallardo Cardona, que podría ahora buscar una concesión más: que San Luis Potosí repita como sede para el XC Congreso y Campeonato Nacional Charro San Luis Potosí 2024, ahora sí en la Arena Potosí.

Una determinación que implicaría encubrir una falta más al Estatuto, que señala que la sede se define con dos años de anticipación. ¿A quién tendrían que quitarle la sede? No fue posible localizar el dato sobre la sede del próximo año.

Peor aún, la fracción III del artículo 155 del Estatuto señala que “no podrá repetirse la celebración del Campeonato Nacional en una sede antes de transcurrir cuatro años de efectuado dicho campeonato en la misma sede”.

Es decir, cuando menos hasta noviembre de 2027 –cuando Gallardo Cardona ya no sea gobernador– el Estado podría volver a ser sede del evento… a menos que la complicidad alcance para pasar por encima del Estatuto.

La complicidad de pala (y reata, agregaría Oscar G. Chávez) alcanzó para eso y hay quien considera que para algo más, como, por ejemplo, inclinar la balanza en las calificaciones de los jueces, lo que en perfiles de Facebook de aficionados a la charrería desató un debate sobre las modificaciones al esquema para calificar, la calidad de los toros de reparo y el papel que desempeñaron los jueces.

Una circunstancia que empaña el campeonato del equipo RG2, que encabeza Gallardo Cardona, independientemente de que haya habido efectivamente favoritismos en las puntuaciones. Germán Morales, quien señala en sus publicaciones que sigue los campeonatos de charrería desde 1990, previo a la competencia final, advirtió:

“Cada quien tendrá su favorito pero por el bien de la charrería lo mejor sería que el campeonato lo obtuvieran El Soyate de Zacatecas o Tres Regalos de Q.R. Aunque sea en lo deportivo mostrar que en la charrería hay integridad, porque los que encabezan la Federación Mexicana de Charrería A.C. y con los que se asocian en San Luis Potosí no la tienen”.

Tras el resultado que dio el primer lugar al equipo de RG2, entre los aficionados se dieron incluso intercambios de videos para mostrar cómo se calificaron algunas suertes en forma dispareja.

“No dudo que en algún momento fueron favorecidos. Sin embargo, El Soyate y 3 Regalos no pudieron hacer más puntos que Rg2. Duele reconocerlo pero así fue”, escribió Morales.

Tan accidentado resultó el Campeonato, que comenzó y terminó con lluvias que, en plenas finales, provocaron que ocuparan el ruedo un equipo de maquinaria para presentar sus maniobras de rescate de la competencia.

Quizá por eso José Antonio Saucedo López, presidente de la Federación Nacional de Charros, comenzó su discurso con una expresión que más parecía de alivio que de celebración por haber realizado el máximo evento de la charrería. Dijo: “Hay que dar primeramente gracias a Dios porque ya se acabó, terminamos…”

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