Octavio César Mendoza
Después de que los añiles perdieron el pináculo del poder alcanzado con su más odiado pero más visionario gobernante -cuyo liderazgo dejaron ir para pelear o comprar las posiciones plurinominales- el añil de San Luis Potosí se quedó con lo peor del añil, salvo un puñado de excepciones a quienes respeto por su persona y admiro por su buena fe; aunque cinco golondrinas no hacen verano en una isla de buitres que ya empiezan a verse con hambre.
De entonces a la fecha, en cada proceso interno para elegir candidatos que sufre el añil potosino, prevalece un canibalismo esquizofrénico de sus dirigencias, las cuales terminan en el inconfesable festín de la autofagia por merendarse a sus principales liderazgos sociales, históricos, intelectuales, hasta acabar en lo que acaba: una derrota y un huevo relleno de confeti hecho de pedacitos de notas periodísticas que hablan sobre la moral y las buenas costumbres, pero huevo al fin y con olor a choquía; bastante fuerte, por cierto, a pesar de los perfumes carísimos de París.
El añil potosino de hoy sería una broma para los incrédulos azules de antaño -y vaya que sus últimas dirigencias eran impensables e imposibles para ellos, las cuales llegaron a dar muestra de como destruir a un partido humano, solidario, democrático y popular, y lo hicieron a Summa Cum Laude para Doctorado Honoris Causa.
Escribo esto porque ayer anduvo por acá un sujeto de apellido Cortés, que se supone “dirige” el Comité Ejecutivo Nacional del añil, y vino envalentonado a echar cacayacas de porro a tierras de uno de los gobernadores más populares del país. Para mayor ridículo, sacó las acusaciones por las cuales el añil perdió la base social que “El Pollo” tomó para sus alforjas. Y lo peor: esa es la brillante “estrategia” para tratar de no perder el registro en San Luis Potosí. De haber tenido valor, este “dirigente” debió llegar a echar del añil a los que le dieron en la torre, a hacer una limpia, o mínimo a decir la verdad: en San Luis Potosí el añil no tiene futuro, y debe empezar de cero, renovando su estructura, su militancia y sus dirigencias estatal y municipales. Mínimo, una repintada a los marcos de sus ventanas, ya que cuadros nuevos no tienen.
A nivel nacional, el añil, sin candidato a la presidencia, apenas alcanzaría un 8 por ciento de la votación. Está por debajo del naranja, e incluso del cadavérico tricolor; y a pesar de eso, el brillante (emojis de risa) sujeto de apellido Cortés dice que el ex partido de acción nacional debe imponer al candidato de una supuesta alianza opositora para el 2024 (más emojis de risa hilarante) y así vencer la alianza MORENA-PT-PVEM que tiene algo así como un 90% por ciento de probabilidad estadística de mantenerse en el poder, gracias a su 45% de preferencia electoral, y también a que controlan la mayor parte de las gubernaturas y la propia presidencia de la República.
La PANTOPÍA causó delirios de grandeza en sus empequeñecidas huestes que atiborraron el diminuto espacio que ocupó en torno a su “líder”, y algunos ya se veían vendiendo la chatarra de una candidatura a más de tres pesos el kilo, mientras que otros contaban sus panchólares con entusiasmo.
Total que el añil no tiene remedio y cada vez se ve más desmejorado el pobrecito. Ya le andan poniendo los santos óleos con aceite quemado, dicen. Nomás falta que “por accidente” se quemen todos y entonces sí que haríamos sin las tan notables inteligencias cuyo destino era salvar a San Luis Potosí de ellas mismas.
(Emoji de OMG.)
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Nació en San Luis Potosí en 1974. Actualmente es director de Publicaciones y Literatura de la Secretaría de Cultura, y también dirige la Casa del Poeta Ramón López Velarde y la Editorial Ponciano Arriaga. Ganó el Premio Nacional de la Juventud en Artes en 1995 y el Premio 20 de Noviembre en 1998 y 2010. Ha publicado siete libros de poesía y uno de cuento. Fundador de las revistas Caja Curva y CECA, también colaboró en Día Siete, Tierra Adentro, entre otras. Asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, siendo él presidente municipal, gobernador y director de Casa de Moneda de México.