Antonio González Vázquez
Hoy por la mañana se ha cumplido un mes de la muerte de Odalis Hipólito; hoy hace un mes que su cuerpo colgaba de los barrotes del cercado de la estación de transparencia del transporte urbano a espaldas del Museo del Ferrocarril en pleno centro histórico de la ciudad.
En lugar del suceso aún se mantiene el altar que erigió la familia en su memoria. De ese lugar, también han salido diversas marchas de protesta en el último mes, dado que las autoridades ministeriales no han concluido las investigaciones para aclarar si fue homicidio, feminicidio o suicidio.
Esta mañana hace un mes, las autoridades policíacas reportaron el hecho y consignaron la hipótesis del feminicidio, sin embargo, conforme pasaron los días y la indignación por el crimen creció, se informó que había indicios de suicidio.
Al paso de las semanas, la Procuraduría y la Policía Ministerial informaron que las investigaciones no han sido concluyentes y reportaron que se revisaban videos de las cámaras colocadas a unos metros de donde fue encontrado el cuerpo. No obstante, después reconocieron que las cámaras no funcionaban y que por tanto, no se grabó nada.
También tendieron la sospecha en contra de Odalis al afirmar que era problemática y que se drogaba, lo cual provocó la inconformidad de la familia y de amigos que protestaron porque indebidamente la Autoridad revictimizó a la adolescente de apenas 16 años de edad.
El 11 de marzo, quienes pasaban por la estación de transferencia se aterrorizaron con la escena de la niña pendiendo ahorcada de la cerca. Un mes después, la Procuraduría General de Justicia no ha concluido la indagatoria para definir ya, si fue crimen o suicidio.