Hoy Lía cumple 8 años; su caso provocó que se tomara la CNDH

Carlos Rubio

Hoy es el cumpleaños número ocho de Lía, una niña que apenas hace dos semanas fue conocida por todo el país luego de que su madre, Marcela Alemán, se amarrara a las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para exigir justica por su hija, quien denunció haber sido víctima de abuso sexual y no se le ha hecho justicia. 

Fue en marzo de 2017 cuando Lía les contó a sus papás que había sido víctima de abuso sexual por parte de dos maestras del kínder al que asistía en Rioverde, como lo documentó Astrolabio el año pasado en esta nota. En ese entonces la justicia le fue negada a la familia por “un patriarcado rodeado de jueces y fiscales”, según considera Marcela, quien hasta el día hoy ha luchado por darle paz a su hija.

Las secuelas de los abusos que sufrió Lía aún repercuten en su vida: por las noches tiene pesadillas, durante el día tiene miedo de encontrarse otra vez a sus agresoras; aún duda si fue correcto haber contado su historia, pero su madre siempre le recuerda que es de las niñas más valientes que podrían existir.

La búsqueda de justicia ha sido un huracán en la vida de Lía, aunque ella no sabe nada de lo que sus padres han hecho para que las autoridades volteen a ver su caso. Desplazarse entre lugares desconocidos le provoca inseguridad; la confunde ver llegar a su madre después de una intensa movilización, “sabe que algo ocurre, no sabe qué, pero sabe que algo está pasando”. 

Lía debe asistir a terapias para combatir las crisis de miedo que llegan a ella continuamente; lamentablemente su psiquiatra es de edad avanzada y por la pandemia de COVID-19 dejó de dar terapias, aunado a ello su traslado a la Ciudad de México le dio un giro repentino a su situación y, aunque le han brindado atención, a Lía le es difícil tener confianza en las personas.

Su caso inició a los cuatro años y medio de edad; hoy Lía cumple ocho y es capaz de contar lo que le ocurrió con más claridad, pero también se vuelve más complicado para Marcela escuchar a su hija relatar su historia de manera más explícita que antes. 

En el camino la familia de Lía se topó con autoridades e instituciones en San Luis Potosí “que han pisoteado los derechos de la niña”, ahora buscan justicia en la Ciudad de México de la mano de las autoridades federales y estarán a la espera de que les ofrezcan una solución; mientras tanto Lía celebrará su cumpleaños en medio de la incertidumbre.

En espera de ser recibida por
la Secretaria de Gobernación

Ayer, jueves 17 de septiembre por la tarde, Marcela Alemán acudió a la Secretaría de Gobernación en busca de ser recibida por Olga Sánchez Cordero, titular de esta dependencia, no obstante, al serle negado el acceso, decidió amarrarse a la reja de esta institución.

(Fotografía de Milenio) 

Según relató Marcela a este medio, los colectivos feministas que mantienen tomada la CNDH pactaron una reunión con Sánchez Cordero, sin embargo para ingresar le pidieron que dijera que pertenecía a uno de los colectivos, pero se negó: “Yo no voy con ningún frente de nada (…) yo siempre he buscado justicia donde puedo estar, pero no pertenezco a nadie”.

Alrededor de las dos de la tarde, Olga Sánchez Cordero presidió la reunión a la que asistieron representantes de colectivos de mujeres, madres y víctimas de violencia de género; a la reunión también asistió Rosario Piedra, titular de la CNDH.

Al verse nuevamente en la necesidad de ser escuchada, Marcela tomó las mismas cintas con las que se amarró a una silla en la CNDH y se aferró a una reja. Tiempo después salió un abogado para dialogar con ella, ella le entregó todos sus documentos y él le informó que la siguiente semana pactarían una reunión con la secretaria de Gobernación. 

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