Hurtó el jersey de Brady y decía: ‘No trabajo, para eso hay otros’

AP 

El periodista mexicano sospechoso de robar la camiseta de Tom Brady acudió al último Super Bowl como miembro acreditado de un medio de comunicación, pero pasó la semana recolectando fotografías con jugadores y autógrafos de leyendas de la NFL, y presumiendo a sus colegas que estaba ahí como aficionado, no como reportero.

Periodistas mexicanos que estaban en Houston e interactuaron con Martín Mauricio Ortega, ex director del diario La Prensa, le dijeron a The Associated Press que llevaba con él objetos de colección incluyendo un jersey usado por Kurt Warner en un Super Bowl y que pensaba venderle al ex quarterback por miles de dólares.

“Cuando lo conocí traía un casco y estaba presumiendo que tenía las firmas de ex Jugadores Más Valiosos del Super Bowl. Estaba un poco molesto de que Marshall Faulk se negó a firmarlo”, dijo Ariel Velázquez, quien cubrió el Super Bowl 51. “Además me dijo que no iba a trabajar porque ‘para eso hay otra gente’”.

La camiseta de Brady desapareció del vestuario al finalizar el partido y desató una investigación que inició en Boston y que terminó al sur de la frontera. En colaboración con investigadores estadunidenses, autoridades locales consiguieron una orden de cateo y el 12 de marzo recuperaron la camiseta de Brady que se perdió en este Super Bowl y otra más de la edición disputada en 2015, cuando los Patriots vencieron a Seattle. También se recuperó un casco de un jugador de los Broncos de Denver, de acuerdo con el vocero de la NFL, Brian McCarthy.

El vocero de los Broncos, Patrick Smyth dijo que el equipo estuvo en contacto con personal de la NFL porque el casco le pertenece a Von Miller, quien fue el Jugador Más Valioso del Super Bowl de 2016. Aparentemente, Ortega tenía intención de venderlo, y una tienda de artículos de colección confirmó que el periodista preguntó cuánto valdría el casco.

Un funcionario del gobierno mexicano confirmó que la orden de cateo estaba a nombre de Ortega. En el anonimato por lo sensible del caso, la persona dijo que Ortega no fue detenido porque hubo un arreglo con una víctima no especificada en Estados Unidos, para no presentar cargos, siempre y cuando devolviera la camiseta.

Ortega no respondió a múltiples llamadas y mensajes de texto que buscaban sus declaraciones.

Arturo Palafox, editor de deportes del diario 24 horas, dijo que charló frecuentemente con Ortega porque coincidían en hoteles, en el autobús de la prensa y en el centro de medios durante la semana del Super Bowl.

Palafox describió a Ortega como un tipo afable y muy amistoso.

“Tenía muy buena plática, era muy agradable y cuando lo conocí me dijo que era el director de La Prensa y me sorprendió que alguien de ese nivel estuviera trabajando ahí como reportero”, dijo Palafox. “Le pregunté sobre qué hacía y me dijo que él no estaba ahí para trabajar, que era un aficionado y que no iba a trabajar, que pedía vacaciones en su trabajo y lo usaba para ir al Super Bowl y que tenía 20 años acudiendo”.

Velázquez y Palafox dijeron que Ortega cargaba una bolsa en la que estaba el jersey de los Rams de San Luis usado en un Super Bowl por Warner y un libro de Emmitt Smith.

“Me mostró la camiseta de Warner con su firma y me contó la historia de cómo Warner estaba sorprendido de que el tuviera en su poder el artículo”, recuerda Palafox. “Dijo que su intención original era ver si le interesaba a Warner para vendérselo y tenía un precio de 8 mil dólares”.

El libro de Smith se lo quería dar de regalo a su pastor.

“Vi primero el libro sin firmar y luego, cuando consiguió la firma en el lugar donde están las estaciones de radio, me sorprendió que lo consiguiera con toda la seguridad que había ahí”, dijo Palafox.

Un ejecutivo de la Organización Editorial Mexicana (OEM), la compañía que es propietaria de La Prensa, dijo que Ortega no fue parte de su cobertura de Super Bowl y confirmó que pidió tiempo libre en su trabajo.

La Prensa publicó al menos seis artículos con la firma de Ortega desde Houston durante la semana del Super Bowl, incluyendo uno sobre Brady y el premio al Jugador Más Valioso. El empleado de OEM dijo que Ortega ordenó a sus subalternos en México escribir y firmar artículos usando su nombre.

“Lo que pasó con La Prensa fue sólo porque Mauricio era el director, no tenía que consultarle eso a nadie”, dijo el ejecutivo.

Ortega entregó el celular de la compañía cuando renunció al puesto el pasado 14 de marzo. Ortega trabajaba para La Prensa desde 1993.

Aún no está claro a cuántos Super Bowls ha asistido Ortega. Un periodista con pase de prensa tiene acceso a atletas prominentes y para estar tras bambalinas en el estadio. Las políticas de ética de las compañías y de los organizadores de eventos deportivos prohíben solicitar fotografías o autógrafos. Pero es una práctica común.

Usualmente el vestuario de un equipo campeón de Super Bowl es un sitio ruidoso lleno de decenas de jugadores que celebran y se pasan de mano en mano el trofeo Lombardi que acaban de ganar junto con sus entrenadores y otros empleados del equipo y miembros de la prensa.

En la mayoría de las ocasiones, un jugador se para frente a su casillero mientras es entrevistado por una decena o más de reporteros al mismo tiempo. Algunas veces, un jugador se aleja de sus cosas para tomar un baño y deja sus pertenencias sin resguardo.

Reportes de la prensa mexicana dicen que el sótano de la casa de Ortega estaba repleto de artículos de colección de la NFL y de otros deportes.

Palafox dijo que Ortega le mencionó algo.

“Pues ahora que leo esos reportes no sé si sea una leyenda urbana o no, a mí lo que me dijo es que tenía muchas cosas más en su casa, pero no entró en detalles”, señaló.

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