María Ruiz
En San Luis Potosí el aumento del parque vehicular se ha convertido en una preocupación creciente, especialmente en términos de su impacto en la calidad del aire y la salud pública.
Luis González Lozano, abogado y presidente de Cambio de Ruta A.C., señaló que la falta de un sistema de monitoreo eficaz impide conocer con precisión los contaminantes que afectan a la población. Sin un inventario de conflictos ambientales, la situación se torna crítica, ya que los ciudadanos respiran a diario los gases emanados por los vehículos.
Gonzalez Lozano señaló que el dilema se agrava por la ineficiencia de las vías de circulación, que en horas pico apenas permiten avanzar a 15 o 16 kilómetros por hora.
“Esta congestión no solo afecta la movilidad, sino que expone a los conductores y peatones a una mayor cantidad de emisiones contaminantes”, dijo.
González Lozano destacó que en la zona metropolitana, donde residen 1.2 millones de personas, se carece de un monitoreo adecuado y estratégico de la calidad del aire, lo que dificulta identificar los principales agentes contaminantes.
A pesar de que existen cuatro estaciones de monitoreo, estas son insuficientes y no miden las partículas PM2.5 y PM10, que son especialmente peligrosas para la salud. Además, el estado de estas estaciones es precario; muchas son viejas, no reciben el mantenimiento necesario y sus datos no son confiables. Este vacío informativo impide implementar estrategias efectivas para mitigar la contaminación.
“Los estudios realizados apuntan a que las ladrilleras, la industria y los vehículos son las principales fuentes de contaminación en la región. Sin embargo, la falta de casetas adecuadas y modernas limita la capacidad de las autoridades para tomar decisiones informadas”, aseguró.
Aunque se estima que se necesitarían entre 30 y 40 millones de pesos para mejorar el sistema de monitoreo, el especialista comentó que los gobiernos locales han mostrado poca sensibilidad hacia esta problemática que, a la postre, afecta la salud de toda la población.
“La situación se torna aún más alarmante en momentos de alta contaminación, cuando la visibilidad se reduce y se registran un aumento en los casos de rinitis y alergias. La falta de atención a estos problemas ambientales no solo compromete la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también pone en entredicho la responsabilidad del gobierno en la protección de la salud pública”, apuntó.