Estela Ambriz Delgado
Entre las consideraciones centrales para la buena gestión del agua que expuso el Consejo Hídrico Estatal en su segundo informe, destacan la prohibición del proselitismo político en acciones de gobierno en el tema; transparentar proyectos, políticas, y presupuestos; conformar asambleas comunitarias y comités ciudadanos, así como la implementación de consultas a la población, dado que la principal causa del problema hídrico es la ineficacia en la gestión de los recursos.
Los avances en el diagnóstico sobre la problemática hídrica del estado, las estrategias que atienden las causas y a los grupos que son afectados para una gestión sostenible e integral del agua, son muy amplios. Es un documento al que próximamente podrá acceder la ciudadanía, pero en la exposición destacaron las principales causas del problema, siendo la principal la ineficacia en la gestión de los recursos.
Esto, en conjunto con el desarrollo urbano insostenible, la consiguiente especulación del suelo y el crecimiento industrial insostenible; la especulación hídrica y el mercado del agua; la desinformación sobre el tema; el cambio climático y ausencia de acciones para contrarrestarlo, impide la recarga del acuífero, genera contaminación de desechos y la sobre extracción de agua, abatiendo el acuífero, lo que genera el desequilibrio ecosistémico y la desigualdad hídrica-social.
Entre las consideraciones centrales para la buena gestión del agua, el Consejo destacó la necesidad de prohibir el proselitismo político y la partidización de las acciones en materia hídrica; así como justificar las gestiones estatales y locales, es decir, los proyectos, infraestructuras, políticas, normas, leyes, reglamentos, planes, presupuestos, entre otros en el tema del agua, establecer y transparentar criterios y metodologías.
Asimismo, conformar asambleas comunitarias y comités ciudadanos del agua no simulados y apartidistas, que permitan asistir y representar a la ciudadanía de cada sector socioeconómico y territorial de la población en las juntas de gobiernos estatales y municipales del agua, así como tener voz y voto de la ciudadanía en la toma de decisiones en materia hídrica, a través de procesos transparentes e informados para toda la población.
Someter a la aprobación pública las acciones de las gestiones estatales y locales, mediante los comités comunitarios y ciudadanos de los sectores afectados a los que van dirigidas, en conjunto con las contralorías autónomas y grupos académicos expertos en el tema del agua desde distintas disciplinas e instituciones.
Además de un monitoreo constante de la eficacia y eficiencia de los proyectos, políticas o acciones vinculadas con el recurso hídrico, así como de la calidad del agua abastecida, ya sea por medio de la red o de pipas, mediante los comités comunitarios y ciudadanos.