Por Victoriano Martínez
Lugar común: Expresión trivial, o ya muy empleada en caso análogo, define la Real Academia.
Ese tipo de expresiones también es considerado un vicio del lenguaje por su uso excesivo o muy gastado.
En el ejercicio periodístico se recomienda recurrir poco a los lugares comunes porque se considera que su uso muestra falta de imaginación para exponer hechos e ideas.
Los lugares comunes expresan ideas preconcebidas que limitan la originalidad en la descripción de acontecimientos.
Pero cuando la violencia y la inseguridad se vuelven algo cotidiano, lo que antes eran expresiones poco escuchadas, se vuelven inevitables lugares comunes.
Vivimos sin paz.
Vivimos con miedo.
Vivimos en la inseguridad.
Vivimos con autoridades que poco hacen al respecto, más que recurrir a lugares comunes para tratar de tranquilizar a la población.
“Lo que si les puedo decir es que es una banda que viene del centro del país”, dijo Jaime Pineda Arteaga, secretario de Seguridad Pública.
Si es un crimen de alto impacto, siempre suelen ser foráneos. “Que se construya un muro en las fronteras del Estado”, aconsejaría Trump.
Por cierto, si vienen del centro del país, San Luis Potosí geográficamente está precisamente en el centro del país.
“La seguridad de los potosinos es responsabilidad de todos”, otra expresión de uso excesivo y muy gastada pronunciada por Pineda Arteaga.
“No queda otra más que trabajar para resolverles a todos ustedes”, dijo también. Como si no tuviera un buen sueldo y no administrara un amplio presupuesto –por cierto, desaprovechado– precisamente para eso.
“Es un trabajo coordinado, no evadimos ninguna responsabilidad, la seguridad es daltónica, no hay colores”. Otro lugar común de Pineda Arteaga.
Si habla de colores, hace tiempo que se le da seguimiento a la situación de inseguridad por parte de la agrupación México Cómo Vamos a través de Semáforo Delictivo, y se ha vuelto lugar común que la gran mayoría de los indicadores estén en rojo para San Luis Potosí.
Si la seguridad es daltónica, la inseguridad día a día se vuelve monocromática y su único color es un rojo de máxima alerta cada vez más intenso.
La inseguridad requiere acciones que la combatan, no una retórica trivial y muy gastada.