Por Victoriano Martínez
Lo bueno es que, como dijo Alejandro Leal Tovías, “no es una justificación, es una explicación lo que estoy dando”, cuando confirmó que los 13 cuerpos que fueron localizados el pasado lunes 5 de octubre en territorio potosino correspondían a habitantes de Zacatecas.
Mejor aún. Ya se determinó que tales asesinatos se registrarán en el conteo de homicidios ocurridos en Zacatecas, por lo que el gobierno de Juan Manuel Carreras López se ha salvado de que esos 13 crímenes no incrementen la cifra que de por sí ya rebasa los cuatro mil asesinatos en los que va del sexenio.
Todavía mejor. Se establecieron compromisos y acuerdos con las autoridades de Zacatecas para reforzar la seguridad en la zona colindante entre ambas entidades, cualquier cosa que eso signifique si se toma en cuenta que Carreras López es de los gobernadores más constantes en las reuniones de seguridad que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Reforzar la coordinación que se logra en esas reuniones en las que Carreras López es de los más aplicados necesariamente es una buena noticia. La mala es que hasta después de dos hallazgos de cadáveres en las zonas limítrofes con Zacatecas haya reuniones para establecer compromisos y acuerdos con un estado vecino… o por lo menos publiciten que los hay.
Peor aún. ¿De qué ha servido que en los últimos dos años Carreras López sea de los aplicados en las reuniones de seguridad si hasta ahora que se dan los hallazgos de grupos de personas asesinadas se apresuran a firmar convenios para intercambio de información de detenidos entre ambos estados en la zona donde aparecieron los cuerpos?
Todavía peor. Si como dice la canción, San Luis Potosí es vecino de diez estados, el momento exige saber si existen compromisos, acuerdos y convenios para intercambio de información con los otros nueve, o habrá que esperar a que en las zonas colindantes se reporten crímenes de alto impacto… para que se den.
Si señalar que el incremento en la inseguridad es algo que nos viene de fuera no es –en términos de lo declarado por Leal Tovías– una justificación, la explicación que llega después de cinco años y dos hallazgos macabros se queda tan corta ante los más de cuatro mil homicidios del sexenio… que tiene más un cariz de pretexto.