Inspectores municipales imponen su ley durante recorrido de Rocío Zavala

Eduardo Delgado

Casi al medio día de este martes, dos hombres caminaban sobre la calle de Benigno Arriaga en dirección a la avenida Carranza. En carretillas llevaban rambutanes para la venta. De frente, les salió al paso Juan de Dios García, inspector municipal, quien les indicó regresar con movimientos de su brazo y el dedo índice de su mano derecha.

A unos metros, frente a un trabajador de la Comisión Federal de Electricidad, un empleado de Protección Civil y a otro hombre, Rocío Zavala Pérez, titular de la Unidad Municipal de Gestión del Centro Histórico, les señalaba una madeja de alambres al lado de un poste.

La funcionaria hizo un recorrido de supervisión, mientras una cuadrilla realizaba labores de limpieza en la parte baja de la fachada del edificio que alberga las oficinas de la delegación del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado. 

En el lugar, Astrolabio Diario Digital cuestionó a la servidora pública acerca de la razón por la cual fueron regresados los vendedores, y respondió: “Porque no tienen permiso”. 

Interrogada sobre cómo adivinan a dónde se dirigen los comerciantes, aclaró: “No, no. No adivinamos, ellos vienen aquí para andar caminando”.

  • ¿Se requiere permiso para caminar por aquí?
  • No, no. No requieren. El tema es que vienen a vender.
  • ¿Ya los tienen identificados?
  • Claro. Muy identificados.
  • ¿Vienen de algún estado? ¿Quién los trae?
  • De Veracruz, Oaxaca…de…de…

Intervino uno de sus colaboradores, Enrique Espericueta, quien se acercó a ella para decirle que también de Hidalgo. “De todos lados vienen, porque en Querétaro, Morelia ni en Zacatecas los dejan entrar a vender a los centros históricos”, añadió ella.

“Aquí el tema”, expuso, “es lo que hacen… caminar pero están vendiendo” sin la autorización municipal. “Eso genera incomodidad hasta con otros comerciantes en la vía pública”, advirtió.

Aseguró que tienen “muy identificados” a esos vendedores, pero dijo ignorar si son movilizados por alguna organización política.

  • ¿No es un exceso impedirles…?
  • No, no. No es un exceso el que pasen. Le repito… lo que le estamos diciendo es que ellos vienen a ejercer una actividad comercial y por supuesto que ya los tenemos identificados. No es la primera vez. Tan es así, así como usted vio, rápidamente vieron al inspector y solitos se dan la vuelta, porque ya saben. ¿Vio?.., ni les dijo nada.

Al hacerle notar que al inspector le bastó el movimiento de su brazo y del dedo índice de su mano derecha para indicarles que retornaran, Rocío Zavala alzó la voz: “Por eso la señal… no dijo nada”, completó en tono más bajo.

  • ¿No violan los derechos humanos estas normas?
  • No, porque también hay una ley que norma la actividad comercial.

A pregunta sobre el reciente incidente de la comerciante de flores, a quien una inspectora le jaló y le tiró unas, contestó: “No es ninguna violencia. No sé a qué se refieren”.

  • La jalonearon.
  • No, no. Más bien la florista jaloneó al inspector. 

La violencia fue de “parte del comerciante hacia el servidor público”, reiteró la integrante de la administración municipal encabezada por el alcalde Francisco Xavier Nava Palacios. 

Enseguida sostuvo que el incidente fue entre mujeres e indicó que si la comerciante traía a una bebé sujetada a su espalda, “esa es otra situación que a mí no me toca”, se deslindó.

Al área a su cargo, expuso, le compete vigilar que la señora, con un lugar asignado para ejercer su actividad, “regrese a su lugar de trabajo y eso fue lo que se le pidió”.

Sin embargo, acotó, “se mete al Centro y el problema es que entonces todos quieren estar en el Centro… entonces hay que poner… por eso tienen un lugar. Si dejo meter a una todas se van a venir”, anticipó.

Por esa razón, remarcó, las y los comerciantes sólo deben vender en zonas permitidas. “Y no se le violó ningún derecho. Lo que procede y viene en la ley es… se levanta una infracción por no estar en su lugar y se les retira el producto”.

Luego, añadió, “la señora va, paga su infracción y se le regresa su producto. Es todo”, dijo. 

  • ¿No considera que son violatorias de derechos humanos este tipo de normas?
  • Mire, no, no. No le estoy diciendo si es o no violatoria. ¿Usted considera que es violatorio cuando me dicen no estacionarme en un lugar?-, cuestionó al periodista. 

Se le hizo notar que hay señalética en los sitios permitidos y prohibidos para estacionarse y no en el caso de vendedores en la vía pública. 

  • ¿Hay anuncios en la zona para prohibir la presencia de ese tipo de vendedores?
  • ¿Anuncios? No, no, porque la ley no marca que yo deba de ponerlos. 

En cambio, apuntó, la ley dispone que “debe de haber inspectores… ¿cómo ve?”, preguntó. Esas disposiciones, señaló, están en la ley y en los reglamentos.

Confirmó que la Comisión Estatal de Derechos Humanos le solicitó un informe acerca del incidente con la florista, en cuyo caso “nosotros estamos contestando conforme a derecho”.

Enseguida, su empleado Enrique Espericueta le tocó el codo y le comentó que alguien la esperaba y debía proseguir el recorrido. 

El representante de Astrolabio apenas comenzaba otra pregunta cuando Rocío Zavala dio las gracias y se retiró. “Muy amable, espero que le sirva”, dijo, y junto con sus colaboradores cruzó hacia la acera de enfrente de la avenida. 

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