Ciudad de México (06 de julio de 2016).- Mediante probabilidades, estadísticas y datos obtenidos por medio de GPS, un investigador del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese) produce un modelo que busca predecir las probabilidades de que ocurra un sismo, así como estimar su peligro.
La investigación de Alejandro Nava Pichardo, que lleva por nombre “Métodos y modelos para estimar peligro sísmico”, se desarrolla bajo la hipótesis de que no todos los sismos ocurridos en una región se derivan del mismo proceso.
En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Nava Pichardo explicó que en su estudio incorpora la posibilidad de que los sismos se generan desde distintas secuencias.
“Nosotros decimos que no todos los sismos tienen que ser del mismo proceso que se está generando, puede haber varios procesos y entonces podemos extraer secuencias sísmicas para decir: De esta secuencia, el próximo sismo va a ocurrir aquí”, destacó el especialista.
“Lo único que podemos hacer es decir: En una determinada ventana de tiempo y una determinada ventana geográfica en una cierta región a largo plazo o mediano plazo, yo les diría que hay tal probabilidad de que ocurra un sismo”, agregó.
El especialista comentó que cuando se tiene una red de sistema de posicionamiento global (GPS, por sus siglas en inglés), se puede observar cómo se deforma la tierra y si hay movimiento en una falla, lo que sería un indicador de escape de energía, por lo tanto, no habría motivo de sismo.
“Estos datos vienen de unos cuantos años para acá, que ya pueden darnos datos útiles, porque antes los GPS no tenían la precisión suficiente”, refirió el investigador.
Los científicos analizan la deformación postsísmica para crear modelos más confiables que estimen el peligro, por lo que colocan el GPS después del sismo y analizan cómo el terreno se relaja después del evento telúrico.
El investigador mencionó que una fuente de datos para incorporar en los modelos de la predicción de sismos son los fenómenos precursores que consisten en indicios, como el contenido de radón (Rn) en el agua subterránea.
“Son datos que nosotros tenemos que añadir a nuestro cálculo probabilístico para poder tener mejores estimaciones”, expuso Nava Pichardo.
La periodicidad es otro aspecto a considerar, para saber si los sismos ocurren por la alineación planetaria, al igual que las mareas terrestres u otros fenómenos, sin embargo, los especialistas sólo encontraron cierta relación con sismos pequeños.
“El modelo en el que se basa la sismología en general, el (llamado) rebote elástico, nos dice que ocurre un sismo cuando el terreno no soporta los esfuerzos a los cuales está sometido, se rompe, se liberan los esfuerzos y causan muchas veces cambios geodésicos”, explicó el científico.
“Generan una gran cantidad de energía que viaja como ondas sísmicas y después hace que se libere el esfuerzo que hay en la falla y vuelve a aumentar poco a poco por los movimientos entre placas”, abundó.
Nava Pichardo manifestó que los sismos acontecen por patrones difíciles de analizar, lo que dificulta predecirlos, no obstante, los esfuerzos buscan integrar la mayor cantidad de información para poder generar un modelo innovador y no determinista.
Fuente: Publímetro.