El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, junto a su esposa Sara después de votar el martes por la mañana en Jerusalén
Jerusalem, Israel (17 de Marzo).- Los colegios electorales abrieron este martes en Israel para unas elecciones legislativas muy inciertas que dirán si los israelíes siguen queriendo a Benjamin Netanyahu como primer ministro o si al cabo de seis años ha llegado la hora del cambio.
Desde las 05:00 hora GMT hasta las 20:00 hora GMT, 5.88 millones de electores podrán elegir 120 diputados en más de diez mil centros de votación abiertos en las escuelas, hospitales o cárceles de todo el país.
El próximo primer ministro será el diputado o la diputada con mayores posibilidades de formar una coalición de gobierno. Decenas de electores esperaban la apertura de la escuela Ziv, en el barrio Beit Hakerem de Jerusalén.
Los israelíes deberían tener una idea precisa de la configuración de su 20ª Knesset la noche del martes al miércoles. Los primeros sondeos a pie de urna serán difundidos por las televisiones al cierre de los colegios electorales.
Estas elecciones serán el preludio de intensas negociaciones, de hasta semanas, antes de conocer el nombre del nuevo primer ministro, el conservador Benjamin Netanyahu, que ha dado un golpe de timón a la derecha durante las últimas horas de campaña, el laborista Isaac Herzog, o bien otro diputado en función de una aritmética política delicada.
Netanyahu, contra estado palestino
Benjamin Netanyahu quemó sus últimos cartuchos en la batalla electoral este lunes. En las últimas horas antes del fin oficial de la campaña a las 17:00 hora GMT, el líder de la derecha, presionado por unos sondeos desfavorables, se ha erigido como guardián de Jerusalén y de las colonias y ha descartado claramente la creación de un Estado palestino.
“Todos los que quieren la creación de un Estado palestino y la retirada de los territorios, lo que hacen es volverlos vulnerables a los islamistas radicales”, dijo Netanyahu en una serie de entrevistas, al responder a una pregunta del portal NRG.
Simbólicamente, el primer ministro saliente visitó en uno de sus últimos actos de campaña uno de los asentamientos más polémicos, la colonia de Har Homa, ubicada en los barrios palestinos de Jerusalén este, en el sur de Cisjordania.
“Vamos a seguir construyendo en Jerusalén, vamos a construir miles de nuevos edificios, no vamos a ceder pese a todas las presiones ejercidas contra nosotros y vamos a seguir desarrollando nuestra capital eterna”, afirmó.
Su mayor rival, el laborista Isaac Herzog, se mostró más comedido, al declarando que las grandes colonias de Cisjordania tienen que seguir siendo israelíes y rechazando una división de Jerusalén.
Las legislativas son en gran medida un referéndum a favor o en contra de Netanyahu, de 65 años, primer ministro desde marzo de 2009 y en el poder durante casi un decenio contando el primero de sus tres mandatos, de 1996 a 1999. El martes, los 5.88 millones de electores israelíes están llamados a elegir a sus 120 diputados entre las 05:00 hora GMT y las 20:00 hora GMT.
En la madrugada del miércoles ya debería conocerse de forma bastante precisa cómo estará compuesta la vigésima Kneset, el Parlamento israelí. Los resultados oficiales definitivos se esperan para el jueves por la tarde, indicó a AFP el portavoz de la comisión electoral.
Pero con la dispersión del voto y la complejidad de las posibles alianzas, los israelíes podrían no conocer el nombre de su próximo jefe de gobierno hasta dentro de varios días o, incluso, semanas.
En el sistema israelí, no es necesariamente el líder del partido más votado quien está llamado a formar gobierno, sino el que, entre los 120 diputados, sea capaz de constituir una coalición con los demás grupos.
Los últimos sondeos dan una ventaja de cuatro escaños a la Unión Sionista, liderada por Herzog (25 o 26), frente al Likud de Netanyahu (21 o 22). Durante semanas, Netanyahu ha presumido de ser el mejor escudo contra las amenazas del extremismo islamista y un Irán que según él quiere dotarse de la bomba atómica.
Por su parte, Herzog, de 54 años, y su aliada centrista Tzipi Livni, de 56, lo han atacado por el encarecimiento de la vida y la vivienda, y por las diferencias sociales, entre las más grandes en los países desarrollados.
En los últimos días, Netanyahu describió a Herzog y Livni como los candidatos a la “capitulación” frente a las presiones internacionales y las concesiones territoriales para los palestinos, que quieren hacer de Jerusalén Este, ocupado y anexionado, la capital del Estado al que aspiran. Israel, en cambio, considera Jerusalén como su capital unificada e indivisible.
Multiplicando sus intervenciones en los medios, Netanyahu los acusó el lunes de “prometer la división de Jerusalén y condenar las construcciones que yo he hecho en los barrios judíos de Jerusalén”. “Están listos para dejarlo todo, para inclinarse ante el dictado que sea, incluyendo un acuerdo nuclear con Irán”, dijo el líder conservador al sitio de información Walla.
A pesar de la indignación de los palestinos y la reprobación de una gran parte de la comunidad internacional, Netanyahu está decidido a seguir construyendo para los judíos en Jerusalén oriental, de mayoría árabe.
Un sondeo publicado el viernes por el Jerusalem Post indicaba que el 12% de los electores interrogados no se habían decidido todavía y que el 72% querían un cambio.
Fuente: Milenio