Por Victoriano Martínez
A partir de hoy entra en vigor el decreto que declara Área Natural Protegida (ANP) con carácter de área de protección de flora y fauna 111 mil 160.44 hectáreas de la Sierra de San Miguelito(SSM) . Es, en sentido literal –además de un triunfo de los derechos al agua y a un ambiente sano para los habitantes de la ciudad–, una victoria para el planeta: Jai Jagat.
Motivo de celebración en la ciudad lo es sin ninguna duda, salvo las que aún pretendan sembrar –tanto en las 37 comunidades y ejidos que se encuentran dentro del polígono a proteger como entre el resto de la población– los empresarios con proyectos de depredación inmobiliaria y autoridades que salen a hablar del tema con tal ignorancia (¿fingida?) que los coloca más del lado empresarial.
La lucha por la protección de la Sierra de San Miguelito comenzó hace casi dos décadas. En 2003, como parte del Programa de Desarrollo Urbano y Centro de Población se le reconoció como área de protección paisajística y como zona de protección a la cuenca hídrica y de recarga.
Los intentos por que se declarara ANP vieron su mayor impulso el 24 de mayo de 2019, cuando en la Plaza de los Fundadores el presidente Andrés Manuel López Obrador se pronunció a favor y lanzó la consigna de que la Sierra de San Miguelito no se toca. A 934 días de que dio públicamente la instrucción para que se trabajara en la declaratoria, ésta ya se concretó.
Las presiones de los empresarios inmobiliarios, incluso en medio de la pandemia que no termina, dejaron en el proceso historias de mutilaciones a modo de sus proyectos de viviendas de lujo y hasta unos programas municipales de desarrollo urbano aprobados durante la anterior administración municipal que declararon urbanizables 475 hectáreas del proyecto Las Cañadas.
El más reciente embate fue un intento, frustrado en el último momento, que pretendió excluir mil 805 hectáreas para el mismo proyecto, con tal grado de presión que se había colado en un transitorio del proyecto de decreto que este 13 de diciembre ya fue publicado en el Diario Oficial de la Federación, sin que la presión empresarial lograra esos objetivos.
No sólo quedó plasmado en el decreto la recuperación de esas mil 805 hectáreas, sino que también se incluyeron las 475 hectáreas declaradas urbanizables por el Cabildo 2018-2021. Determinación que el nuevo Cabildo está obligado a corregir y sobre la que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales ya ha iniciado gestiones para contrarrestar.
A partir de la publicación del decreto, la madrugada de este lunes, en redes sociales comenzaron a circular mensajes de distintos actores con algún sentido de atribuirse como parte de la lucha por la protección de la Sierra de San Miguelito. No obstante, pocos pueden acreditar haber impulsado tanto la declaratoria como Carlos Covarrubias Rendón, de Guardianes de la Sierra de San Miguelito.
El movimiento a favor de la Sierra tuvo la suerte de contar con el respaldo de distintas organizaciones nacionales y hasta internacionales.
Destacaron por su activismo, Rubén Albarrán y el grupo Café Tacvba en el ámbito nacional, e internacional la campaña Jai Jagat, Victoria para el Planeta, promovida por el grupo campesino Ekta Parishad, un movimiento inspirado en Gandhi que lleva más de 25 años activo en la India, que le abrió un espacio en su plataforma internacional para presentar el caso Sierra de San Miguelito.
Hoy la lucha por impulsar la protección de la Sierra de San Miguelito podrá tener muchos promotores de la difusión del decreto, pero lo cierto es que el camino no termina ahí. Cuando el Doctor Salvador Nava Martínez protestó como alcalde por primera vez en 1958, a pesar de la victoria que aquel acto representaba, afirmó: “la lucha apenas comienza”.
Difundir el decreto casi en tono de celebración compromete a quien lo hace a revisar, hacia atrás, su participación en la defensa de la Sierra de San Miguelito, pero el mayor compromiso es hacia adelante: impulsar las medidas para que la declaratoria sea efectiva y a convertirse en vigilantes permanentes de que se cumplan las medidas que como ANP se deben aplicar.
Es cierto, como señaló Covarrubias Rendón en entrevista con Julio Hernández López, que se trata de la determinación ambiental más trascendente de la Cuarta Transformación (4T), pero también de una meta importante que abre el paso a una vigilancia permanente y necesaria, una lucha que apenas comienza.
Para el propio gobierno federal la declaratoria constituye apenas el primer paso para comenzar a proteger la Sierra.
En adelante, el gobierno federal tiene que establecer los instrumentos necesarios para hacer efectiva la protección (el plan de manejo, por ejemplo), realizar una campaña permanente de información a los poseedores del suelo protegido para que tomen conciencia de lo que representa para ellos la ANP y las ventajas en cuanto a explotaciones permitidas que les reditúen ingresos.
En sentido estricto, toda una serie de actividades que los tres niveles de gobierno deben comenzar por iniciativa propia pero que, igual que se vio en el proceso para lograr la declaratoria, las presiones de los depredadores ambientales no faltarán y, en consecuencia, la vigilancia ciudadana debe ser incluso mayor que la que hoy logró el primer decreto de esta naturaleza por parte de la 4T.
Sí, en la Sierra de San Miguelito se alcanzó una meta que se puede considerar Jai Jagat, Victoria para el Planeta, pero como meta alcanzada no se puede descuidar porque las bondades de lo alcanzado abren paso a un trabajo permanente que apenas comienza.