Ciudad de México (12 de agosto de 2016).- Cada atleta que participa en unos Juegos Olímpicos lleva una historia de esfuerzo en sus espaldas. Más allá de ganar una medalla, el simple hecho de participar en el evento deportivo más importante, los hace inmortales. Algunos de ellos han enfrentado más adversidades: pobreza, malas condiciones para entrenar o huir de su país por conflictos bélicos. Julius Yego, campeón mundial de lanzamiento de jabalina, tiene una de esas historias. Una historia que nos recuerda que precisamente de esto se tratan los Juegos Olímpicos.
https://www.youtube.com/watch?v=kwkSIQUUq0c
Un juego de niños.
La historia olímpica de Yego comenzó en un pequeño pueblo de Kenya. Su infancia es muy similar a la de cientos de niños que viven en pobreza. Para ir a la escuela los niños en su pueblo siguen caminando más de ocho kilómetros descalzos. Su antigua recámara, un cuarto pequeño de madera con techo de lamina y piso de tierra, ahora es ahora la habitación de otros niños.
En la escuela primaria Julius Yego y sus amigos se divertían de una forma muy simple: lanzando varas de madera. Estas varas son hechas con la madera de algunos árboles de su villa que resulta ser muy buena para fabricarlas. Después de que cada uno elegía su jabalina era momento de jugar. Su primer lanzamiento recorrió 47 metros, una distancia bastante sorprendente cuando se piensa que aún era un niño. Pero no lo suficiente para vencer a los más grandes de la escuela.
Aunque Kenia nunca haya tenido un finalista olímpico en jabalina a Yego no le sorprende tanto que él esté ahí. Después de todo los kenianos tienen una gran tradición de cazar con lanzas. Y no duda que podrían aparecer más deportistas kenianos que se especialicen en esta disciplina.
“Desde pequeños hemos lanzado palos o piedras. Y hemos cazado. La caza es algo que ayuda mucho en una especialidad como esta, la jabalina. En las áreas rurales de Kenia es como una herencia. Seguro que podría aparecer más gente como yo.”
Entrenando en el ciber-café.
Cuando se fue a estudiar la universidad siguió lanzando la jabalina. Su padre estaba preocupado por las calificaciones de su hijo. La educación, al igual que en otros países como México, es vista por muchas familias como la mejor oportunidad de progresar. A pesar de que en ese momento no había ningún lugar en Kenia para entrenar lanzamiento de jabalina Julius Yego no se detuvo.
“No tenía ningún entrenador, entrenaba solo. Lo veía como si la vida estuviera en mi contra. Ese fue el punto más bajo en mi vida”.
Si algo tienen los deportistas olímpicos es una pasión imbatible así que nada de esto detuvo a Yego. Gracias al internet pensó en una solución: ver los entrenamientos de los grandes lanzadores de jabalina en YouTube.
Después de ver un video con las rutinas de entrenamiento de algunos especialistas necesitaba ponerse en acción. Al día siguiente iba al gimnasio a entrenar aunque no tuviera el equipo necesario. Así que improvisó con lo que sí tenía a la mano.
En 2010 logró un lanzamiento de 75 metros, el récord mundial desde 1996 pertenece a Jan Železný de República Cheva con 98.48 metros. En 2011 ganó los All African Games: la primera vez que Kenia ganó la medalla de oro en esta disciplina. En 2012 lanzó 81.81 metros: clasificó a la final de los Juegos Olímpicos de Londres y quedó en doceavo lugar. Era la primera vez que un africano participaba en la ronda final de jabalina.
Un sueño olímpico que podría ser de oro.
Algunas cosas han cambiado. Las condiciones aún no son las idóneas para un atleta de alto rendimiento como él. Pero ahora tiene compañeros para entrenar. Para él practicar ahora es un poco más fácil y mucho más divertido.
Julius Yego pasó del doceavo al primer lugar en el Campeonato Mundial de Atletismo en Beijing en 2015. Se coronó con un lanzamiento de 92.72 metros: la mejor distancia desde 1999. Con esta distancia podría romper el récord olímpico de 90.57 metros que le pertenece a Andreas Thorkildsen de Noruega.
Gracias a la escuela supo que podía lograr su sueño siendo un autodidacta. Su padre que era la persona más preocupada por su educación hoy es su seguidor número uno: “El talento de alguien comienza cuando es joven. Eso es que he aprendido. Mírenme ahora: tan feliz y tan orgulloso”.
Julius, gracias por enseñarnos que nada es capaz de detener una pasión como la tuya.
Fuente: Click Necesario.