María Ruiz
En un foro interestatal que reunió a expertos, activistas y líderes de la sociedad civil, se presentaron los resultados del proyecto para las juventudes en Oaxaca y San Luis Potosí. El evento, denominado “Coincidir: Alianzas y Buenas Prácticas para el Trabajo Digno desde y para las Juventudes”, arrojó luz sobre la crítica situación laboral que enfrenta este sector en ambos estados.
Compas Joven: inclusión sociolaboral con las juventudes
El proyecto “Compas Joven”, financiado por la Unión Europea en México y ejecutado por Educiac y Solidaridad Internacional Kanda, A.C., se propuso abordar la inclusión sociolaboral de las juventudes.
Los datos presentados son preocupantes, pues en San Luis Potosí el 55 por ciento de los jóvenes entre 15 y 29 años carecen de seguridad social, mientras que el 59 por ciento no tiene un contrato laboral estable.
En Oaxaca, estas cifras son aún más alarmantes, con un 87 por ciento de jóvenes sin acceso a seguridad social y un 85 por ciento sin contratos estables.
La realidad de la informalidad
Estos números, dijeron las expertas, revelan una realidad desafiante: la informalidad laboral afecta a casi la mitad de la población joven en San Luis Potosí, privándolos de derechos fundamentales. En Oaxaca, la situación es aún más precaria.
“¿Qué oportunidades tienen estos jóvenes para cumplir sus sueños y contribuir a la economía del país?, ¿cómo se ven reflejadas sus aspiraciones en los trabajos que encuentran?”.
El adultocentrismo y sus consecuencias
Los expertos también señalaron el problema del adultocentrismo en el ámbito laboral. Esta mentalidad considera a los jóvenes como sujetos incompletos, incapaces de comprender o aplicar plenamente sus conocimientos.
“Como resultado, se perpetúan condiciones de explotación, como salarios injustos y falta de estabilidad laboral”.
Por lo que señalaron que ya es hora de reconocer el potencial y la valía de las juventudes, brindándoles oportunidades reales y dignas.
“La lucha por el trabajo digno para las juventudes es urgente. Como sociedad, debemos enfocarnos en estrategias que mejoren la empleabilidad y garanticen el cumplimiento de sus derechos laborales”.
En este sentido el proyecto “Compas Joven” es un paso en la dirección correcta, pero aún hay mucho por hacer. La voz de las juventudes debe ser escuchada y sus sueños, protegidos.