Kimberly-Clark frena operaciones en Venezuela

 

Caracas, Venezuela (11 de julio de 2016).- La compañía estadounidense Kimberly Clark anunció la suspensión “indefinida” de sus operaciones en su sucursal de Venezuela a través de un comunicado.

“Todas las operaciones en las oficinas en Caracas, junto con las de la planta y el Centro de Distribución de Maracay, han sido suspendidas indefinidamente y Kimberly-Clark no seguirá produciendo, comercializando ni vendiendo sus líneas de productos de consumo masivo e institucional, mientras esta suspensión esté en vigor”, dice el comunicado de la compañía.

Kimberly-Clark es una de las principales empresas productoras en Venezuela que proporcionaba productos de higiene personal a los ciudadanos y anunció la suspensión de su actividad por el “deterioro de las condiciones económicas y del negocio”.

“Esta decisión es tomada después de años en los que la compañía ha procurado hacer frente a complicadas circunstancias más allá de su control, como la inhabilidad para comprar materia prima, lo que en los últimos dos meses ha ocasionado que la mayoría de las líneas de producción cierren”, se asegura en el documento.

Asimismo, se expresa que tal decisión “es muy difícil”, debido a que la compañía es consciente del esfuerzo de sus trabajadores “frente a crecientes retos para mantener el negocio funcionando”.

Kimberly-Clark aclara también que si las condiciones económicas en Venezuela cambiaran “evaluará sus opciones en relación a la viabilidad” de volver a operar en el país caribeño y añade que “se mantiene comprometida al crecimiento del resto de sus operaciones de negocio existentes en Latinoamérica”.

El portal web de la emisora Unión Radio reseñó que unos 200 trabajadores directos de dicha empresa quedaron sin empleo el pasado viernes.

Las empresas en Venezuela necesitan divisas para poder adquirir la materia prima para producir.

Desde 2003 en el país petrolero se mantiene un control cambiario que deja en manos del Estado el monopolio de la administración de divisas del país, que son vendidas a través de un engorroso sistema administrativo y para un abanico de determinados supuestos.

Y en los últimos meses se produjo un cuello de botella en la entrega de divisas a diferentes sectores económicos que ha afectado a todos los sectores en su oferta y producción.

La preocupación.

El presidente estadounidense, Barack Obama, y el jefe de gobierno español saliente, Mariano Rajoy, mostraron ayer  su preocupación por la crisis en Venezuela, donde esperan que el gobierno y la oposición puedan sentarse a dialogar.

“Compartimos la inquietud por la situación en Venezuela”, indicó Obama en declaraciones a la prensa luego de una reunión en Madrid con Rajoy, en el marco de su visita a España.

Obama dijo que Madrid y Washington esperan que el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición puedan dialogar para estabilizar al país, hundido en una grave crisis política y económica, en medio de una severa inflación y fuerte escasez de alimentos y medicinas.

El conservador Rajoy dijo que en la reunión con el presidente estadunidense hablaron de “la necesidad de que pronto se normalice la situación” en el país sudamericano.

“Queremos ayudar, aunque sabemos que no podemos dictar” los pasos a seguir, dijo.

Obama pidió a Caracas que reconozca la autoridad del Parlamento, libere a los presos políticos y respete “los intentos legítimos” de la oposición de convocar un referendo.

Fracasa plan de Maduro para detener el desabasto.

Tres cuartas partes de los habitantes de Venezuela aún están fuera del plan lanzado en abril pasado por el gobierno para distribuir bolsas de alimentos casa por casa, en medio de la severa escasez que sufre el país petrolero, reveló ayer una encuesta.

Un 74% de la población no ha recibido la visita de los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), grupos comunitarios que distribuyen los alimentos con precios subsidiados, de acuerdo con el estudio de la firma Hinterlaces.

El presidente Nicolás Maduro anunció la creación de los CLAP como medida para combatir el “bachaqueo”, como se conoce en el país al contrabando y reventa de productos básicos, en momentos en que el desabastecimiento de alimentos y medicinas alcanza 80%, según organizaciones privadas.

Según la investigación de Hinterlaces, difundida en el programa televisivo del exvicepresidente chavista José Vicente Rangel, 57% de las 1,500 personas consultadas considera que el nuevo sistema de distribución es “poco o nada efectivo”, aunque 56% lo aprueba.

El gobierno de Maduro impulsa una ofensiva contra los “bachaqueros” –que venden con sobreprecios de entre 1,000% y 4,000% mercancías desaparecidas en los comercios formales–, y atribuye la escasez a una “guerra económica” de la oposición y empresarios para tratar de derrocarlo.

Sin embargo, los productores sostienen que la falta de divisas para importar materia prima imposibilita sus operaciones. Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras (principal gremio empresarial venezolano), aseguró recientemente que “más del 85% de la industria” está paralizada.

Venezuela ha vivido en los últimos meses protestas por alimentos, algunas derivadas en saqueos y disturbios.

Fuente: Excélsior.
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