Por: Antonio González Vázquez.
Aquí creció una ambición, y junto a ella, crecieron y se reprodujeron muchas ambiciones más que hoy tienen lo que hace meses, en esta casa, desearon con ambición desmedida, aunque sus inquilinos confundían esa ambición con un sueño, con un anhelo. En esta casa sus inquilinos moldearon su futuro a la medida de sus ambiciones, como quien planea una travesía por tierras desconocidas en busca de riquezas. Aquí, en esta casa, se organizaron, se urdieron conjuras, se armaron tramas, se diseñaron trampas, se firmaron acuerdos, se cruzaron propuesta, se sellaron acuerdos de palabra, se celebraron contratos de compra, se idolatró al anfitrión pasajero. Es esta casa, donde el poder se reunía para reproducirse en toda la amplia gama de sus intereses, se compraron voluntades, se adquirieron lealtades y en especial, se burló la ley en aras de la democracia. Esta modesta casa no fue construida con un crédito del INFONAVIT o del FOVISSSTE, puesto que está en la zona dorada de la ciudad. Su ambiente apacible, sus posibilidades para el confort, su amplitud a prueba de muchedumbres y su ubicación de cercanía con el pueblo, albergó a quien desde hoy es el hombre más poderoso de San Luis Potosí. Es como nuestra Casa Blanca, donde habita el poder. Su cochera es más grande que una casa de interés social y ha visto descansar autos de lujo, igual que en la extensa elegancia de la sala, el lobby, el estudio, la estancia, el estudio, las habitaciones acondicionado todo como virtual cuarto de guerra. En esta casa no se reñía a nadie por ensuciar las paredes puesto que en ellas estaba siempre la imagen del señor. Como en este tipo de casas de clase media alta muy del gusto de la nueva burocracia enriquecida en el gobierno, la voz mandante era la del señor a quien también le decían doctor. A una señalar del señor, el mundo se movía con cierta presteza, pero desde hoy, esa voz será estruendo de imperiosa voluntad. En esta casa florecieron tantas ambiciones, unas excedidas y otras modestas, pero todas prohijadas por la inagotable tentación de disfrutar del poder público y de tener potestad sobre los demás. En esta casa entraron y salieron millonarios potentados, líderes de toda ralea, políticos de poca y mucha monta o lo que es lo mismo, de poca y mucha plata, servidores públicos traidores tempranos de sus jefes y sobre todo, gente que consideraba con religiosa puntualidad que ahora si, ya llegó el momento de que nos llueva en la milpita. Es la residencia de Montes Aconcagua 352, domicilio que fue la casa de Campaña de Juan Manuel Carreras López, desde hoy, gobernador de San Luis Potosí y de lo cual, por ahora no se sabe si es para ventura o desventura de todos.