La CEGAIP, ¿indispensable?

Carlos Rubio

En un escenario ideal y utópico, la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP) es un organismo de vital importancia para los potosinos, pero en la realidad tiene más fallas que justifican su desaparición. La concepción de la institución por sí misma, en el papel y la normativa, no es el problema, sino el factor humano, que al mismo tiempo es el que hace necesaria su existencia.

No tendríamos que estar hablando de un organismo garante de la información, si no existiera otro ente que bloqueara el acceso a ella. La acción de crear más y más instituciones que vigilen el cumplimiento de derechos, representa por sí sola, una falla en el sistema.

El derecho de acceso a la información pública se puede cumplir exista o no exista la CEGAIP o el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai). Ninguna de estas instituciones se encarga de responder solicitudes de información ni tampoco cuenta con datos o documentos de gobierno que podríamos solicitarle, por ejemplo, a la Secretaría de Finanzas.

Finalmente, la CEGAIP y el Inai son intermediarios que entran en acción cuando un sujeto obligado (ayuntamiento, dependencia, organismo, etc.) se niega a hacer pública cierta información y, como un juez, decide cuál de las dos partes tiene razón. En caso de que el recurrente la tenga, deberá ordenarle al ente opaco que entregue lo solicitado, sin embargo, a veces, más que una orden, termina siendo una amable solicitud que puede, o no, cumplir; así como una recomendación de la CEDH (pero ese es otro tema de organismos inservibles).

Es un hecho que la reforma propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que extingue el Inai y muy probablemente luego elimine a los organismos estatales, no busca garantizar el derecho de acceso a la información. La iniciativa ya aprobada en comisiones pretende generar un ahorro para redestinar esos recursos a pensiones y programas sociales, aquellos rubros que han sido una de las estrategias principales de su gobierno y que su éxito se materializó en las urnas el pasado 2 de junio con la aplastante victoria de Morena en la presidencia y el Congreso de la Unión.

Vale la pena hacer un paréntesis en este momento para afirmar que la desaparición del Inai es inminente y es nulo lo que se puede hacer para detenerla (a menos que el presidente cambie de opinión). La avasallante mayoría que tiene el oficialismo en el Poder Legislativo vuelve imposible frenarla, así como la reforma al Poder Judicial. Indudablemente esto retumbará a nivel local y la CEGAIP será machacada por el Congreso del Estado, a solicitud del gobernador, quien preferirá ahorrarse esos 25 millones de pesos que le destinó de presupuesto este año, para que Natanael Cano cante otra hora en la Fenapo.

Entonces, volviendo al tema central, en el contexto actual, la transparencia termina siendo una cuestión de voluntad y el sexenio de Ricardo Gallardo Cardona es una muestra de ello: no quiere entregar información, no lo hace; quiere entregar información, lo hace. Así de sencillo. Y no es que, hasta hoy, la CEGAIP haya ayudado a resolver grandes entramados de corrupción.

Para empezar, cada mes, todos los entes que reciben dinero público deben de publicar en qué se lo gastaron. La mayoría no lo hace. ¿Alguien dice algo? No. ¿La CEGAIP hace algo? No. Sólo “actúa” cuando se presenta una denuncia (entre comillas porque ese actuar puede llevar mucho, mucho tiempo) y termina siendo muy complicado que sancione a alguien por esta omisión.

Su principal tarea, la de resolver recursos de revisión, es la más tediosa para un recurrente. Ya que pueden pasar años para que esto suceda. Como ejemplo: en el 2022 presenté una solicitud de información a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, misma que no fue atendida, por lo que presenté una queja ante la CEGAIP, la cual se resolvió a principios de 2023, y apenas me fue notificada hace unas semanas, es decir, casi dos años después.

Este tipo de casos, más que promover el uso del derecho de acceso a la información, lo desincentivan.

¿Cómo justificar la existencia de la CEGAIP de esta forma? Es mucho más fácil justificar la existencia de la Feria Nacional de la Enchilada en Soledad.

Y así como es voluntad la entrega de la información, el trabajo en la Comisión también lo es. A la renovada CEGAIP le queda poco tiempo para justificar su existencia, antes de que a nivel local maquinen su desaparición, que podría ocurrir este mismo año para que la administración estatal se pueda ahorrar un espacio en el Presupuesto de Egresos.

Los mecanismos como la CEGAIP pueden funcionar, pero si quienes la operan no son capaces o no tienen voluntad, no hay nada que hacer. Al menos en San Luis Potosí se ha observado ese camino; este organismo es obsoleto para lo que realmente necesita este derecho.

Si la lógica es que existan más y más instituciones que vigilen el cumplimiento de los derechos, vamos a tener que crear otro organismo que vigile que la CEGAIP cumpla con su trabajo, y esta será una inercia de nunca acabar.  

El éxito de la transparencia depende invariablemente del factor humano. Podría haber otras tres instancias que vigilen esto, pero si son los mismos perfiles quienes las presiden, sólo son más y más vueltas al asunto.

El hecho de que el Inai desaparezca, no querrá decir que la batalla por el derecho de acceso a la información esté perdida. Una vez consumada su extinción y la de los organismos estatales, deberá buscarse nuevamente que se reforme la ley para que los nuevos encargados de garantizar este derecho de verdad lo hagan y de no ser así habrá que resistir.

Estimado lector que llegó hasta este punto. Las entregas de esta columna tendrán una pequeña pausa, pero no se preocupe, volveremos antes de que la CEGAIP desaparezca, al menos para dedicarles otra columna de despedida y decirles adiós.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.

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