Antonio González Vázquez
La Doctora Jacqueline Peschard Mariscal, ex comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales afirmó que la corrupción es la principal preocupación de los mexicanos, incluso, por encima de la violencia y la inseguridad.
La socióloga e investigadora de la UNAM, en su participación en el VI Congreso Nacional de Ciencias Sociales, dijo que el combate a la corrupción se ha colocado como uno de los temas de agenda, no solo en el país, “de acuerdo a encuestas del INEGI sobre la calidad de las acciones gubernamentales, la corrupción es uno de las preocupaciones centrales de los mexicanos, incluso por encima de la preocupación económica, empleo; las grandes preocupaciones de los mexicanos son la corrupción y la inseguridad”.
Son temas íntimamente ligados porque los grandes espacios de inseguridad tienen que ver con que no funciona bien las instituciones, “la policía no hace el trabajo que le corresponde, los ministerios públicos no investigan como debe ser, hay involucrados en casos de corrupción que impiden tener una sociedad más segura”.
Señaló que ahora con mayor acceso a la información pública, la sociedad puede identificar los actos de corrupción, “en el pasado sabíamos ahí estaban, pero ahora somos conscientes porque es más visible la corrupción”.
El tema de la corrupción es difícil de medir en cuanto a cómo ocurre, en qué escenarios existe, “una manera de medir ha sido a través de las percepciones de la corrupción, es decir, qué tanto las personas han estado en contacto con casos de corrupción, mordidas, sobornos, cohecho, ahí es donde la población ha estado en contacto con actos de corrupción, y así es como lo ha medido el INEGI y transparencia internacional. Cuando nos comparamos a nivel mundial salimos mal y cada vez peor”.
Consideró que debe existir una responsabilidad social frente a la corrupción, “hemos sido tolerantes frente a la corrupción porque no hemos sabido cómo obligar a los gobiernos que tienen alguna responsabilidad pública a perseguirla, a veces consideramos que es bueno caer en ciertos actos, es una manera de agilizar o beneficiarnos de ciertos huecos de la legalidad”.
Advirtió que la permisibilidad social frente a casos de corrupción cotidiana ha hecho que esté ahí como una mancha de aceite que va corriendo por las distintas relaciones entre el poder y la sociedad.