La crisis hídrica no es temporal, es permanente

Por Victoriano Martínez

La crisis hídrica no es de temporal, y principalmente las colonias marginadas lo padecen porque la escasez de agua potable es permanente. Quienes la pretenden aparecer sólo por temporadas son precisamente quienes tienen mayor responsabilidad en el hecho de su permanencia: personajes de la politiquería que, para colmo, buscan sacarle raja electorera.

Tan no es de temporal, que los habitantes de las zonas afectadas por el desabasto de agua potable en la ciudad se han visto obligados a formar la organización ciudadana Colonias Unidas por el Agua. “Solo unidos podemos lograr que esta administración atienda nuestras demandas”, es una de las razones por las que se unen.

En pleno invierno, dependen del tandeo y de pipas para contar con agua en sus viviendas como en el verano, y así lo han padecido desde hace más de tres años, cuando quien llegó a servir y proteger asumió la presidencia municipal y la presidencia de la Junta de Gobierno del Interapas.

En más de tres años, el alcalde Enrique Galindo Ceballos poco sirvió para atender la necesidad del servicio de agua potable y mucho menos para proteger a la población de la sequía.

En cambio, por no muy extraña coincidencia, emprendió una campaña sobre una presunta resolución a la crisis hídrica con un Plan Emergente con la que se vistió de héroe en temporada preelectoral, una temporalidad en la que la crisis se volvía oportunidad… de apuntalar la reelección.

No es novedad, más bien se trata de una de las razones por las que los auto proclamados políticos son parte del problema y están muy lejos de ser parte de la solución de crisis como la del abastecimiento de agua potable.

Podrán atribuir el desabastecimiento de agua a sequías extremas derivadas del cambio climático, a un déficit hídrico, la mala calidad del agua debido a la contaminación, y la escasez por sobreexplotación, pero los especialistas que se han metido a estudiar a fondo el problema tienen claro que el obstáculo para resolverlo está en otra parte.

No sólo es una cuestión de escasez, porque no la padecen todos. Ni la industria ni las clases privilegiadas o de élite social. La padecen las clases medias bajas y de manera permanente en estratos económicos bajos o vulnerables, y ellos tienen una crisis hídrica permanente, no sólo de hace dos años, sino desde hace más de dos décadas”, ha explicado Jonathan Abraham Quintero García, presidente del Consejo Hídrico Estatal.

¿Cuándo se ha visto alguna protesta por parte de cualquiera de las 746 empresas que aparecen en el directorio de los 18 parques y zonas industriales con que cuenta la Secretaría de Desarrollo Económico? ¿Alguna vez han protestado los usuarios de la zona de Aguas del Poniente?

No se trata de áreas que se encuentren muy distantes de las colonias afectados ni en campos a los que no les afecta la sequía o la sobre explotación de los mantos acuíferos. La diferencia es que tienen un trato privilegiado que les conceden quienes tienen la obligación de prestar un servicio que, como derecho humano, debe ser igual para todos.

“Nos quitan el agua para abastecer a las empresas y hoteles, y nosotros nos quedamos sin el servicio”, señaló uno de los representantes de Colonias Unidas por el Agua.

Quintero García señaló que la crisis es alimentada por la falta de acciones de la gestión pública, lo que ocasiona que la llegada del fenómeno de la sequía impacte más fuerte por una ineficiencia y deficiencia de las gestiones, falta de infraestructura, de tecnologías, de mantenimiento.

Quizá la nota de María Ruiz pudo parecer “fuera de temporada”, pero en realidad se trata de un preocupante indicador de que los responsables de resolver la crisis hídrica en realidad provocan que se agrave cada vez más, sin importar las advertencias sobre la agudización de la sequía durante este año.

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