Por Victoriano Martínez
Si algo dejó el pachanguero maratón Guadalupe-Reyes fue una cruda sanitaria con las consecuentes medidas para curársela que igualmente resultan análogas a las que se suelen intentar después de una fuerte borrachera con la expresión “pero no lo vuelvo a hacer”.
El desaparecido líder cetemista, J. Guadalupe Vega Macías, tenía una recomendación que consideraba infalible para la cruda: “no hay que dejarla llegar”, decía.
Si la cruda sanitaria que hoy amenaza con hacer regresar el semáforo epidemiológico amarillo, aún tiene la suerte de que se mantenga en verde, para intentar evitar que llegue la indeseada consecuencia, el gobierno del estado ya impuso tomar medidas de riesgo amarillo, a pesar de que ya hay indicadores de riesgo prácticamente rojo.
Si la idea es no dejar llegar la cruda sanitaria, pareciera que la borrachera del festival de invierno ha dejado de ser festiva para intentar aquel remedio de tomar un trago a la mañana siguiente para disminuir los síntomas de la resaca.
Así que, como este gobierno piensa en grande, se compraron 200 mil pruebas Covid para aplicarlas de manera gratuita.
El trago del día después se presentó como nuevas aglomeraciones, pero a diferencia de las decembrinas, a éstas acuden quienes hayan participado en aquellas y presenten algún síntoma que los haga sospechosos del contagio.
Aglomeraciones que si debieron evitarse en pleno maratón Guadalupe-Reyes, festival de invierno en apogeo, con mayor razón tendrán que evitarse en este programa salido de la manga populachera por tener la agravante de que, quienes se reúnen, prácticamente se auto evalúan como sospechosos de estar contagiados. Si no lo estaban, llegan a donde hay más posibilidades de que lo estén.
Si alcohólicos consumados previenen la cruda con un trago mañanero, para el caso de la borrachera Covid, más vale que las pruebas del día después no sean sólo un placebo que se traduzca en un engaño que justifique que se reportan más casos porque se aplican más pruebas, y sea una forma de maquillar la realidad del repunte de cuya responsabilidad la propia autoridad no es ajena.
La auténtica atención al tema de la pandemia lo que menos necesita es propaganda y aprovechar una crisis a la que también se contribuyó para tratar de distinguirse de medidas del pasado, cuya referencia poco aporta a la solución en tanto que distrae de lo que efectivamente se tiene que realizar.