Adriana Ochoa
Que nunca fue el plan irse para quedarse. Después de la iniciativa de Claudia Sheinbaum para cerrar el camino al nepotismo para la elección del 2027, eso quiere dejar claro el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona. Que lo de la candidatura familiar para sucederlo son cuentos de una oposición miope y equivocada. Y que hay en su partido, el VerdeEcologista, “10 candidatos listos para ganar el 27”.
Difícil rebatirle al gobernador el diagnóstico de miopía irremediable para los partidos oposición en San Luis Potosí. De lo que ahora no puede escapar es de la percepción generalizada que él construyó con la candidatura al Senado de su esposa, Ruth Miriam González, y la campaña al traxcavo por delante que se realizó para garantizarle el primer lugar en las votaciones. Saturó todos los espacios y fue el centro del despliegue proselitista para los demás candidatos del partido en el estado, a diputados federales, legisladores locales y alcaldes.
El resultado de este esfuerzo fue estupendo para la señora de Gallardo y la segunda fórmula del Verde, pero colocó al gobernador en el terreno de la desconfianza para sus aliados de Morena. No ha habido para los morenistas, locales y de los mandos centrales, explicación que eche abajo la duda del “milagro” electoral que dio la tercera curul senatorial al PAN y dejó fuera a la abanderada de Morena, Rita Ozalia Rodríguez Velázquez, la hermana de la secretaria de Gobernación. Más porque Morena se dibujó como segunda fuerza.
Desde el anuncio de las reformas contra la reelección y el nepotismo, cuando Claudia Sheinbaum asumió la Presidencia, la idea de sucesión familiar en la gubernatura entró en debate. Había una duda: si se aplicaría en el 2027 o hasta el 2030. La iniciativa pausa la vigencia de la no reelección al 2030 y establece para el próximo 2027 la norma anti nepotismo, al parecer la más urgente desde la perspectiva de la jefa del Ejecutivo en este país.
Eliminar la posibilidad de reelección, vigente para alcaldes y legisladores, ha generado debate. Cuando se estableció, se recibió como un signo de madurez democrática y una oportunidad de avance en la profesionalización de la política. Si alguien creyó que desataba fantasmas de dictadura o de ventaja absoluta, se equivocó. Al menos en San Luis Potosí, municipio capitalino, dos alcaldes intentaron reelegirse y no lo lograron, el primero de ellos el padre del actual gobernador, Ricardo Gallardo Juárez.
Una reelección bien normada es una rendición de cuentas en las urnas para quien aspira a ella. El elector tiene la oportunidad de votar por la permanencia de un gobierno municipal o de una representación legislativa, si el desempeño de los candidatos en un periodo anterior inmediato le es satisfactorio. Simple, pero no fácil para quien se presenta por un periodo consecutivo.
En la norma propuesta contra el nepotismo el consenso sí es general, harto como está este país de políticos que llegan al gobierno o a los cargos y de inmediato los ven y usan como patrimonio familiar. Y más en el caso de gobernadores que inflan la “carrera política” de sus cónyuges como presidentas del DIF y de ahí usan todo su poder para convertirlas en sus sucesoras.
El gobernador Gallardo Cardona dijo a los medios locales que apoya las iniciativas de Claudia Sheinbaum, pero su declaración de fe la desbordó una diferencia de criterio con la jefa de esta nación: el nepotismo que no pasa por las urnas es el más condenable: “Ese es el verdadero nepotismo por designación, y yo creo que eso es una burla para el pueblo”.
La iniciativa obliga a los gobiernos estatales a adecuar sus constituciones en los términos de las reformas. Para que no se anden con cuentos. Ante las versiones de que estos cambios afectan el proyecto político de Gallardo, éste lo negó de tajo.
“El problema radica en que nuestros opositores, la maldita herencia, la oposición, en nosotros, en el Partido Verde, solamente ve un candidato. Nosotros tenemos 10 candidatos listos para ganar el 27. Y yo creo que ese ha sido el error de siempre de ellos, por lo cual siempre han perdido las elecciones, siempre pierden todo, porque no ven más allá de sus ojos”, contestó.
Diez candidatos para sucederlo, no se ve de dónde los saque. No los tiene, ni ha permitido que los haya ya en la segunda fase de su mandato. Candidatos, sí, pero no todavía con proyecto a la gubernatura. Literal, el gobernador no precisa qué cargos buscará esa magnífica decena que dice tener en mente.
Con las reformas de Sheinbaum, queda en dique seco cualquier posibilidad de que su esposa, “defensora de las causas sociales” como se presenta @RuthGonzalezMx, lo pueda suceder en la gubernatura. Tampoco su padre, hoy diputado plurinominal, al que él sucedió en el inicio de su carrera política como alcalde de Soledad de Graciano Sánchez.
Un modelo de gobierno personalista, glandular, enamorado del espejo y estridente no puede cerrar sexenio con demasiados platillos en el aire y la sucesión en manos de otros.
Sin la certeza de seguir en el poder más allá del sexenio, tal vez ahora sí llega la hora de la comensalidad política con otros actores, algo difícil con un gobernador muy lejano a la moderación y la prudencia.
Cierta alineación de algunos de sus colaboradores con el hoy alcalde de Soledad, Juan Manuel Navarro Muñiz, tiene algo de apuesta por la vuelta a origen.
Sentarse a esperar la pasarela de la decena magnífica que promete el gobernador para 2027 será sin duda entretenido. Atizará el morbo adivinar si entre ellos habrá uno dispuesto no a ser leal, sino a mantener un carácter subordinado, de complicidad y condescendencia. Si Gallardo requiere un alma con aspiraciones de velador para la gubernatura, lo hallará si le busca bien porque en este mundo hay gente para todo. Que Morena se sume en alianza y gane es otra cosa.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Adriana Ochoa es periodista desde 1988. Actualmente es directora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y docente titular de Organización Política y Ciudadanía.