Por Victoriano Martínez
Ricardo Gallardo Cardona y el Partido Verde Ecologista de México dieron este miércoles 29 de julio una inigualable demostración de politiquería, que los hace tal para cual: ante señalamientos por actos delictivos, recurren a una insostenible acusación de guerra sucia acompañada de un discurso falso deliberado.
En la rueda de prensa que se desarrolló en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión (¿uso de recursos públicos para fines personales y partidistas?), trataron de hacer ver problemas legales con la justicia como si se tratara de un juego de chismorreo político, para evadir hacer frente al tema principal que debieron atender.
En los últimos años, en el mundo han surgido medios de comunicación dedicados exclusivamente a la verificación de hechos, datos y discursos. En septiembre de 2015 se integró la Red Internacional de Verificación de Datos (IFCN, por sus siglas en inglés) con participantes de 50 países.
Los casi 25 minutos que duró la rueda de prensa en defensa de Gallardo Cardona constituyen casi en su totalidad una colección de falacias argumentativas como para que la IFCN arme un catálogo de ejemplos para un manual sobre las formas de la desinformación… y de cómo personajes y partidos politiqueros las usan para evadir responsabilidades y victimizarse para ganar simpatías.
Quienes en San Luis Potosí conocen la trayectoria de Gallardo Cardona, no por sus dádivas sino como víctimas de su abuso de poder y su manejo irregular y patrimonialista de los recursos públicos, no tienen ninguna duda de que la rueda de prensa de este miércoles es un monumento al mayor cinismo posible.
A quien observe con ojo crítico los desplantes de quienes intervinieron en la rueda de prensa, cual aprendices de la verificación del discurso en la IFCN, les bastará el sentido común para desmontar el teatro que armaron de la manera más burda.
De entrada, parten de una acusación con la que pretenden demostrar que Gallardo Cardona no tiene problemas con la justicia, sino con un posible contrincante de una contienda electoral futura. “Xavier Nava Palacios combate a Gallardo Cardona por la vía de la difamación y no por posicionamientos políticos”, dijo el coordinador de los diputados del PVEM, Arturo Escobar.
Para que la acusación demuestre su argumento, primero tendría que ser comprobada. Pero en la propia rueda de prensa confesaron que es una suposición: “Ojalá que no encontremos dinero público metido en estas campañas negras”, dijo Gallardo Cardona al comentar que apenas investigan, pero adelantó su conclusión sobre las plumas que se venden.
Del desplante de la acusación, pasaron a una segunda vía de evasión del tema: la victimización. Focalizaron un tema judicial en Gallardo Cardona, cuando involucra a varios miembros de la familia, pero además tiene como objetivo central a Ricardo Gallardo Juárez, el padre, por la estela de corrupción de la que se le acusa cuando pasó por la alcaldía de San Luis Potosí.
Desde el 14 de noviembre de 2018, a 45 días de asumir la alcaldía, la administración de Nava Palacios informó sobre mil 843 irregularidades en la administración 2015-2018 de Gallardo Juárez.
Material para que Nava Palacios mantuviera una campaña diaria de acusaciones contra la gallardía lo tuvo, pero optó por 11 denuncias por el desvío de más de mil millones de pesos, y aportar información a la Unidad de Inteligencia Financiera y a la Auditoría Superior de la Federación. Algo normal en un alcalde que encuentra las arcas municipales saqueadas.
Que la UIF amplíe sus indagaciones a la trayectoria de Gallardo Juárez desde 2009, y en el camino encuentre las intervenciones de Gallardo Cardona, tanto en la alcaldía de Soledad de Graciano Sánchez como a través de sus empresas de diez años de antigüedad, no de 50 años como afirma, poco tiene que ver con una investigación focalizada en él.
“Esas plumas que se compran no pueden seguir diciendo o vinculando nada más porque se les ocurre o porque recibieron dinero público, es muy lamentable, pero además qué peligroso es eso que están haciendo”, expresó Gallardo Cardona sobre el señalamiento de su presunta vinculación con Los Zetas.
“De antemano hago responsable, y lo digo con categórico nombre y apellido porque así soy de frontal, y hago responsable de lo que me pase a mí y a mí familia, al alcalde panista de la capital Xavier Nava Palacios, y a uno que otro funcionario del Estado que siguen haciéndose sus comparsas de ese verdadero criminal de cuello blanco”, agregó.
Por si acusar a un posible contrincante de una futura contienda y proclamarse víctima de difamación y de una amenaza a su seguridad fuera insuficiente, abrieron paso a mentiras abiertas para, con un solo antecedente, desacreditar cualquier señalamiento de tipo judicial.
“Hay sentencias que exoneran, no de forma sino de fondo, con pruebas contundentes, que Ricardo Gallardo es un hombre inocente que fue víctima de una campaña de calumnias, de desprestigio, para buscarlo descarrilar en su momento”, afirmó dirigente nacional del PVEM, Carlos Puente Salas, al referirse al encarcelamiento que enfrentó Gallardo Cardona en 2015.
Si efectivamente hubiese sido una exoneración, la sentencia que lo liberó en 2015 habría sido exhibida en esa rueda de prensa como un trofeo, pero eso no es posible porque ahí se describe con lujo de detalle el delito que sí cometió y, tan existe, que también hay una sentencia de amparo definitiva que mantiene congeladas varias cuentas bancarias de Gallardo Cardona.
Tan sólo en ese caso, con el que falsamente pretenden aparentar que Gallardo Cardona cuenta con un certificado perpetuo de inocencia, persisten elementos como la descripción de un delito y la ubicación del cuerpo del delito, que hasta resulta inverosímil que la entonces Procuraduría hoy Fiscalía General de la República no haya actuado.
Basten esos tres ejemplos de falacias argumentativas presentes en la rueda de prensa con la que el PVEM y Gallardo Cardona pretenden resolver con politiquería asuntos de carácter judicial. Es el terreno en el que se mueven y desde el que presionan para salirse con la suya, incluso con la actitud camaleónica a conveniencia que caracteriza a los politiqueros.
El PVEM al pasar de la Alianza por el Cambio con Vicente Fox, a la alianza Compromiso por México con Enrique Peña Nieto, para ahora proclamarse aliado de Morena. Gallardo Cardona al abandonar el PRD para, primero como independiente y ahora en el Verde, proclamarse liberal para congraciarse con Andrés Manuel López Obrador. Así muestran ser de la misma calaña.
En tal capacidad camaleónica confía Gallardo Cardona, que hoy se pone al servicio de quien, el 11 de marzo de 2018, en plena campaña, lo llamó mafiosillo, junto con su padre.
“Imagínense, si he enfrentado a Salinas y a Fox y a Calderón y a Peña, que no vaya a poder enfrentar a mafiosillos”, dijo López Obrador cuando José Luis Romero Calzada acusó al gobernador Juan Manuel Carreras por no actuar para detener las amenazas y la extorsión a ciudadanos y empresarios por parte de los Gallardo y le preguntó si tendría las “agallas” para enfrentarlos.
Hoy Gallardo Cardona se viste de liberal, proclama un discurso falso deliberado, intensifica sus actos de politiquería y confía en que con su campaña de desinformación se mantendrá como una pieza útil para la Cuarta Transformación, como la vía para no dejar de medrar del erario y, sobre todo, para lograr que López Obrador se olvide de los mafiosillos que fácilmente podría enfrentar.