Oswaldo Ríos
El escándalo financiero que viene en el Congreso del Estado en los próximos días amenaza con ser un vendaval que sacuda los acuerdos políticos que actualmente lo sostienen y que podría mover de la coordinación de sus grupos parlamentarios a varios diputados que han dedicado su presencia en la Junta de Coordinación Política a beneficiarse económicamente con el dinero de la institución y a burlarse de la buena fe de sus compañeros.
Desde hace semanas publiqué en mi cuenta de Twitter que el máximo órgano de gobierno del Poder Legislativo (la famosa JUCOPO), cuya presidencia ejerce el novato diputado de Morena Edson Quintanar, estaba subejerciendo indebidamente el presupuesto de la institución y que ello obedecía a inconfesables acuerdos al interior de esa instancia que tarde o temprano serían revelados con desastrosas consecuencias.
Calculé que al llegar al 15 de diciembre (fecha en que concluye el Primer Periodo Ordinario de Sesiones) se acumularían recursos subejercidos por unos 10 millones de pesos. La semana pasada el diputado Quintanar confirmó la información y precisó que la cantidad (a mediados de noviembre) ascendía ya, a 12 millones de pesos.
¿Cómo pude reconocer esa situación si la JUCOPO no ha publicado una sola acta de las oscuras decisiones que se toman en esa cuita? Muy sencillo, porque la primera característica de la corrupción es el ocultamiento de la información pública; y en segundo orden, porque en el Congreso todo se sabe y es imposible esconder las consecuencias de las impresentables componendas que han tomado los 10 diputados que integran esa que muchos llaman “cueva de ladrones de todos los colores”.
¿De dónde han salido esos 12 millones de mal llamados “ahorros” de los que habla el diputado morenista Quintanar (quien tiene como principalísima asesora a su madre que lo mismo influye en el presupuesto del Congreso que le elije la secretaria o lo manda a bolearse los zapatos)? De partidas secretas y de esquilmar el dinero debidamente presupuestado en distintos rubros. Aquí le revelaré todo.
En primer lugar, ese fondo se integra con las partidas de gestoría que supuestamente fueron eliminados de la ley, pero no así sus recursos asignados, los cuales ascienden a unos 12 millones de pesos anuales. En ese fondo, también se encuentra la partida de apoyo a las fracciones parlamentarias, de la cual una parte se tomó para integrar la dieta actual de los diputados que asciende a 162 mil pesos mensuales cada uno. ¿No sabía que ahora su diputado gana eso? Y la otra parte se diluyó en gasto corriente.
También integran esa cuenta los recursos asignados para gasolina a cada diputado, que ahora se les niegan (unos 300 mil pesos mensuales en total); los gastos médicos menores que también se les niegan (unos 300 mil pesos mensuales en total); los recursos que miserablemente la oficial mayor se encarga de pichicatear y que como robo al menudeo, son corrientes como tanga de 10 pesos. A saber: negar azúcar y café a los empleados y pedirles que los paguen con su dinero; negar a las comisiones el consumo de galletas en reuniones de trabajo; negar el tóner de las impresoras para obligar a que los diputados lo paguen; quedarse con el dinero de comidas que se le daban al personal que se quedaba a trabajar horas extras o reducir el número de tortas que pueden pedirse (dolorosa medida); robar el dinero de las horas extras de los trabajadores a quienes se les niegan o esquilman aunque las hayan trabajado; contar y racionar el consumo de agua en botellas y garrafones en las reuniones y para los empleados (quizá para irlos acostumbrado a la venezolización que viene); los intereses (el sudorcito) de las cuentas líquidas del Congreso en donde retienen estos desvíos; y en un descuido y también lograban meter en el “guardadito” los 700 pesos semanales que le pagaban al Geras. Un hambre desmedida es la política de la agrónoma Marcelina Oviedo a la que ilegalmente (como su nombramiento), ya le contrataron dos asesores ante su probada incapacidad en temas administrativos, legales y financieros.
¿Ahorros? No. Todo está debidamente presupuestado. Así que los recursos terminarán gastándose, pero para fines discrecionales, ilegales y distintos a los que debieron ejercerse para ser debidamente fiscalizados. Ahorro sería que a los potosinos nos dejaran de pasar factura por gastos que la JUCOPO está demostrando que no son necesarios, y como consecuencia, eliminaran esas partidas en el presupuesto del Poder Legislativo.
Lamentablemente, el fraude es constante y su tendencia está en aumento. En el 2016, el presupuesto del Congreso fue de 283 millones de pesos; en 2017, de 293 millones; en 2018 se mantuvo en 293 millones; y para 2019, Edson y sus secuaces propusieron un presupuesto de 297 millones. ¿Por qué siguen presupuestando dinero que no utilizan en los rubros que corresponden y que en muchos casos sí son necesarios?
Para tener “ahorritos” millonarios que la JUCOPO ocupa cada sesión para apoyar “solicitudes” de sus integrantes (ya se conocerán con las actas) y llegar al final de año con “remanentes” millonarios, cuyo destino decidirán exclusivamente los integrantes de ese órgano, y con más precisión, que serán repartidos conforme a los enjuagues de los coordinadores de las fracciones mayoritarias: Edson Quintanar de Morena, Rolando Hervert del PAN y Mauricio Ramírez del PRI. ¡Qué lejos quedaron los discursos lacrimógenos para “devolverle la dignidad” al Congreso! Ja, ja, ja y más ja.
¿Han notado que viejos lobos de mar como Cándido Ochoa, Eugenio Govea y Óscar Vera no se han quejado de la opacidad de la JUCOPO, ni han resentido la pésima administración del Congreso? Quizá andan muy ocupados eligiendo su arbolito de Navidad y el color de las esferas. Eso debe ser.
¿Y ya vieron que esta vez los diputados de la JUCOPO están más trompudos, pero ahora ya no hay organizaciones que les pidan transparencia en la página, ni en las actas, ni en el manejo del dinero, ni van a mentarles la madre, ni a tirarles huevos a las sesiones, ni los denuncian en la Fiscalía, ni en la Auditoría? Guardémosles el secreto, sigamos leyendo sus publicaciones contra la anterior legislatura y finjamos que nadie nos damos cuenta de su servilismo partidista y sus complicidades. No hay que arruinar su fantasía.
La ecuación corrupta que viene tiene más elenco que la anterior.
Twitter: @OSWALDORIOSM
Mail: oswaldo_rios@yahoo.com