Frater Ignatius
Los genios tienen formas de matar el tiempo realmente creativas. Corría el año 1963 cuando en una conferencia, el matemático estadounidense de origen polaco Stanislaw Ulam se dio cuenta que existía una fabulosa espiral que revelaba patrones bien definidos de números primos. Partiendo desde el 1, colocado en el centro de un campo x y moviéndose en sentido contrario a las agujas del reloj, el científico escribió números naturales consecutivos. Enseguida rodeó con un círculo todos los números primos. Observó que a medida que la espiral se hacía más grande, los números primos tendían a formar patrones en diagonal. Aunque parezca increíble, este tipo de ejercicios intelectuales da pie a la experimentación a gran escala. Las pruebas que se han hecho desde aquellos años hasta el día de hoy, confirman que al extenderse la espiral a niveles enormes, se siguen mostrando diagonales. Si en lugar de poner el uno, se coloca otro número, los patrones siguen apareciendo en forma proporcional y armónica. Es tan espectacular que en el año de 1964 apareció una figura de la espiral de Ulam en la célebre revista Scientific American.
Al alejarse del centro, se presentan también líneas horizontales y verticales. Llama la atención la extraordinaria capacidad de los números primos para formar patrones en distintas circunstancias. Podemos utilizar todo esto como si fuera un microscopio con el cual se puede visualizar estructura para la creación de teoremas. Los números primos esconden muchos secretos que al día de hoy no han sido revelados. Podemos relacionar esta espiral con La espiral de Sacks, la cual es redonda y no cuadrada, La conjetura de Goldbach, Las disquisiciones aritméticas de Gauss, La demostración del teorema de los números primos, El teorema de Johnson, La constante de Brun, La conjetura de Gilbreath, Los números de Serpienski, La conjetura de Andrica. Por fantástico que parezca, este tipo de estructuras abren el camino para poder hacer avances en distintos campos tanto de la matemática pura como de la física teórica y experimental.
Stanislaw Ulam fue un matemático extraordinario. Participó en el proyecto Manhattan y propuso el diseño Teller-Ulam de las armas termonucleares. Desarrolló una serie de instrumentos matemáticos en varias áreas muy importantes de la disciplina: teoría de números, teoría de conjuntos, teoría ergódica y topología algebraica. Es muy conocido por ser el creador junto con Von Neumann del método Montecarlo. Este método permite “pensar” al software que juega al ajedrez, además de permitir la solución de muchos problemas complejos que surgieron durante la creación de la bomba atómica.