Por Victoriano Martínez
“Las observaciones a las Cuentas Públicas 2023 podrían fácilmente superar los mil millones de pesos, así lo informó Rodrigo Lecourtois López, titular del IFSE…”, señaló el Instituto de Fiscalización Superior del Estado en un comunicado que distribuyó el pasado 27 de agosto.
Meses antes, el 9 de febrero, Lecourtois López informó que detectaron que hasta 70 por ciento de las carpetas asfálticas instaladas en los municipios no cumplen con el grosor de los materiales que prometen de acuerdo con la revisión a esas obras en un laboratorio certificado que se agregaron a las auditorías.
Este jueves, a una semana de la entrega de los resultados de las auditorías a las cuentas públicas municipales, Lecourtois López afirma que entrega–recepción en los municipios de San Vicente Tancuayalab, Axtla de Terrazas, Cedral y Villa de Pozos ha revelado irregularidades financieras.
Como si comenzara a enfocar la atención sobre las irregularidades en los Ayuntamiento, indicó que en el 40 por ciento de los Ayuntamientos se detectaron obras pagadas y no ejecutadas, y falta de padrón de beneficiarios y presunción de falsificación de éste, que podría actualizar la existencia de desvío de recursos en esos municipios.
Con ese 70 por ciento de pavimentaciones fraudulentas, las obras pagadas, pero no ejecutadas, y la falta de padrones de beneficiarios de las ayudas sociales o su falsificación, es de suponer que el pronóstico de observaciones sobre las cuentas públicas municipales se habrá quedado corto. Ningún vaticinio sobre l resto de los entes fiscalizables.
No es novedad. Históricamente la revisión de las cuentas públicas a todos los entes fiscalizables termina por centrar la mayor parte de las observaciones y solicitudes de aclaración sobre los Ayuntamientos, con recuperaciones mínimas.
Pero el efecto es avasallador. La atención se centra en los Ayuntamientos cual patitos feos que, por atraer todas las miradas, permite que pase inadvertido otro fenómeno: proporcionalmente las observaciones y solicitudes de aclaración a los tres poderes y los organismos autónomos son mínimas y, a pesar de serlo, no son presumidas por sus titulares.
Si en algún momento se la ha puesto atención a lo observado a la gestión del Poder Ejecutivo fue en la revisión de las Cuentas Públicas de 2020, cuando la Secretaría de Salud tuvo observaciones por 765 millones 015 mil 875 pesos, presentadas en octubre de 2021, es decir, en el actual sexenio, interesado en publicitar desfalcos de la “maldita herencia”.
Tanto se privilegió ese interés propagandístico, que llevó a la entonces Auditoría Superior del Estado a difundir un recuento de las irregularidades de los últimos cinco años del sexenio de Juan Manuel Carreras López, que acumuló un monto cercano a los 2 mil 403 millones de pesos durante esos cinco ejercicios fiscales.
No obstante, sólo se han registrado cuatro casos de investigaciones ministeriales que han sido judicializadas, de las cuales sólo en dos se ha logrado una presunta reparación del daño por 24 millones 342 mil pesos.
El próximo jueves vence el plazo para que el IFSE presente a la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado los resultados de la revisión a las Cuentas Públicas 2023.
Ya todo está puesto para que sean las observaciones a los Ayuntamientos a las que se ponga mayor atención que, como nunca, tienen más un carácter de cortina de humo para que pase inadvertida la operación limpieza de las cuentas del Poder Ejecutivo, sumado a la opacidad que ha caracterizado a la fiscalización en este sexenio.
Un vaticinio formal de observaciones por más de mil millones de pesos y un anticipo sobre pavimentaciones fraudulentas, obras pagadas, pero no ejecutadas, y falsificación de padrones de beneficiarios en los Ayuntamientos hecho por el IFSE, con tanta antelación indican el tamaño de la distracción que se pondrá en marcha.