Carlos Rubio
Desde el año pasado, la deuda del Gobierno de Ricardo Gallardo Cardona con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) ha crecido mes con mes, pero dejando de lado por un momento la cuestión económica, el panorama es más preocupante de lo que podríamos imaginar: los estudiantes no han mostrado ni el mínimo interés en entender esta problemática y mucho menos han esbozado un gesto por afrontarla.
Si una institución educativa goza de reconocimiento y valor no es por sus altos funcionarios ni por el tamaño de sus instalaciones, sino por su principal razón de existir: sus alumnos. Son ellos los que en el exterior engrandecen el nombre de la Universidad, no solo en México, en todo el mundo.
Pero la coyuntura política que vive actualmente San Luis Potosí vuelve imposible que la actividad estudiantil se limite a las aulas. En una época en la que se exige una universidad gratuita para todos, es impensable que se permita que desde el gobierno estatal se le nieguen los recursos a la máxima casa de estudios.
Si bien la cuestión política y económica debe ser manejada por la Rectoría, esta ya ha sido rebasada por un Gobierno que busca incidir en todos los aspectos de la vida, hasta en la comunidad universitaria. El próximo año será crucial para la vida de la UASLP, el gobernador buscará impedir la reelección de Alejandro Zermeño Guerra y colocar a algún alfil para manejar otra institución “autónoma”.
Es por ello que las alarmas deben encenderse entre el estudiantado, en 2022 el Gobierno del Estado dejó una deuda de 152 millones 467 mil 714 pesos con la UASLP. Si desde la administración estatal se deseara priorizar la educación de los jóvenes, no se realizarían esta serie de embates contra una institución que forma profesionales.
En este 2023, para julio, la deuda ya es de 165.9 millones y no existe la mínima intención del Estado por reintegrar ese dinero.
¿Qué valor tiene la palabra del gobernador Ricardo Gallardo Cardona, si no puede cumplir con el convenio que firmó en el que se comprometió a entregar los recursos a la UASLP?
Por ahora cualquiera puede poner en duda los compromisos que el mandatario estatal asuma y basta con este antecedente para comprobarlo.
Pero la responsabilidad de cuidar una institución como la UASLP no solo debe caer en la pasividad de la Rectoría. Son los alumnos quienes hacen a la Universidad y los que también deben asumir el compromiso de protegerla.
¿En dónde está Federación Universitaria Potosina? Que después de tener una estruendosa toma de protesta, poco y nada se ha sabido de la nueva presidenta y vicepresidenta.
Se gastan recursos para movilizar estudiantes para las elecciones, pero después de eso no se les vuelve a ver. ¿No existe un mínimo interés en que su universidad obtenga el respeto que merece por parte de un gobierno que demostrado que no le importa la educación?
¿En dónde están los consejeros alumnos y maestros? Que su trabajo se limita a asistir a sesiones del Consejo Directivo, intentar no dormirse y levantar la mano. Su labor no puede quedar en lo que un reglamento diga, si fueron elegidos, asumieron el compromiso de representar a todo un sector y, por ende, de estudiar sus afectaciones, informarlos de ellas y proponer soluciones.
Y si bien todos ellos tienen un compromiso por el cargo que aceptaron, la responsabilidad es para toda la comunidad universitaria. Tanto alumnos como administrativos deben entender el significado de los embates del gobierno en contra de la UASLP: se quieren adueñar de ella, así como lo han hecho de la mayoría de los Ayuntamientos de San Luis Potosí, así como lo son de poderes como el Legislativo y el Judicial, así como lo son de otros organismos autónomos como la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública o la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Y aunque reconozco que es complicado, recientemente nació una muestra de cómo un sector unido frenó a una autoridad: los vecinos que impidieron la construcción del puente a desnivel de El Saucito. Le hicieron frente al alcalde Enrique Galindo, el funcionario municipal con mayor fuerza del estado; se plantaron en las calles y cerraron el paso; tomaron el Templo y nunca bajaron la guardia, todo con el fin de decirle que no al presidente municipal.
La UASLP está en un punto en el que puede marcar historia como la comunidad que se opuso a la invasión del Gobierno de Ricardo Gallardo Cardona en todas las instituciones del estado, pero también puede pasar el olvido como la comunidad que por pura ignorancia y desinterés ayudó a que la Universidad se convirtiera en una más de la lista de instituciones manejadas por el gobernador.
La autoridad no tiene nada qué hacer frente a una sociedad organizada.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública.