La leyenda del túnel de los gritos

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Esta noche de brujas te contaremos acerca del túnel más terrorífico del mundo, donde la historia local y la leyenda se mezclan para ofrecer uno de los escenarios más inusuales y fascinantes para todo amante de lo paranormal.

Si alguna vez te acercas al paso peatonal de Warner Road, en la esquina noroeste de las Cataratas del Niágara, en Ontario, verás un pequeño túnel de ferrocarril donde es famosa una peculiar costumbre: encender un cerillo y aguantar a que una brisa gélida la apague, mientras escuchas un grito aterrador. ¿Te atreves? Espera a que conozcas la leyenda urbana de este lugar…

 

 

 

La muchacha del túnel de los gritos.

El túnel de piedra caliza se extiende por debajo de lo que una vez fue la línea Grand Trunk Railway (ahora los Ferrocarriles Nacionales de Canadá), muy cerca de las cataratas del Niágara. La historia original dice que este lugar fue construido como medio de drenaje para que el agua saliese de las tierras de cultivo cercanas; aunque hoy en día es una zona frecuentada por camiones de mercancías, que pasan por aquí para ahorrar tiempo de conducción.

El túnel se construyó en 1900 y tiene una altura de 4.9 metros, así como unos 38 metros de largo. Lo cierto es que desde hace unos años, las personas de los alrededores comenzaron a hablar de extrañas sensaciones y fenómenos inexplicables cada vez que uno se arriesga a pasar por allí. Se escuchan gritos y se percibe una presencia envuelta en un viento frío, andando despacio hacia quien se encuentre ahí, para arroparlo a través de su brisa gélida. Alguien que siempre apaga el cerillo cuando se atreven a hacerlo para iluminar el camino.

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Pues bien, la leyenda local cuenta que fue allí donde una niña que corría encendida en llamas falleció, luego de que su casa, una granja cercana, se quemara; también se dice que en realidad, aquella muchacha fue asesinada por su propio padre y después quemada, tras perder la custodia legal de ella y sus otros hermanos. De ahí los gritos. De ahí la presencia… y esa obsesión por apagar el cerillo, todo fuego que se encienda en el interior del túnel.

¿Quién se atreve a encender un fósforo?

Son muchos los años que lleva extendiéndose esta famosa historia. Muchos nos explican que el hecho de que se apaguen los cerillos al ser encendidos, se debe sólo a las típicas corrientes de viento que existen en todo túnel de estas características.

En cuanto a los gritos… puede que sea el viento o el sonido cercano de las cataratas del Niágara, reverberando desde la lejanía. Explicaciones para incidentes que nadie sabe muy bien a qué se deben y que, de algún modo, alimentan aún más la expectación.

De hecho, este túnel ha salido en varias películas, pues no deja de ser un escenario teñido de misterio y de imponente magnetismo del que David Cronemberg se aprovechó para rodar La zona muerta. Un film basado en uno de los tantos libros exitosos de Stephen King.

Y tú… ¿Te atreverías a entrar, encender un cerillo y esperar el grito?

 

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