‘La Llorona’: leyenda y lamento latinoamericano

 

Ciudad de México (29 de octubre de 2016).- La leyenda de la mujer que por despecho ahogó a sus tres hijos en un río, para después suicidarse y penar por las calles, ha pasado de generación en generación en la cultura mexicana.

La imagen espectral de una dama flotante vestida de blanco, cuyo rostro de angustia cubre con un vaporoso velo, lanzando gritos estremecedores, vive en nuestra conciencia colectiva.

“La Llorona”, junto con sus lamentos y gemidos de “Aaaaayyy mis hijos”, es, sin duda alguna, el cuento de horror, desamor y traición con el que millones de mexicanos nos identificamos, pero esta historia no es exclusiva de México, en otros países latinoamericanos, que fueron conquistados por españoles, también “temen” al alma en pena de esta mujer.

¿Cuál es su origen?

Las culturas precolombinas creían en seres fantasmales que se aparecían a las orillas de los ríos. Algunos historiadores consideran que en México, “La Llorona”, tiene sus raíces en deidades prehispánicas. Entre ellas destaca la “Cihuacóatl”, diosa de los mexicas, mitad mujer y mitad serpiente, quien, según la leyenda emerge de las aguas del Lago de Texcoco para llorar a sus hijos – los aztecas- que fueron devastados a “manos de los conquistadores venidos del mar”.

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Las coincidencias de Cihuacóatl con “La Llorona” son varias: gritos y lamentos por la noche y  la presencia del agua donde se cree que aparece -tanto Aztlán como la gran Tenochtitlán estaban cercados por ella-.

Durante el periodo de La Colonia (1521-1810) en México, el mito de “La Llorona” creció. Había personas que decían haberla escuchado y visto, incluso la psicosis colectiva llegó a grado tal que en el Valle de México se instruyó un toque de queda a partir de las 23:00 horas, ya que se decía que después de ese tiempo los gemidos aterradores de la mujer comenzaban a oírse en las calles y aquel que la viera “sufriría muerte o locura”.

Para ese entonces la leyenda tomó tintes de mestizaje, al relacionar a “La Llorona” con Doña Marina, “La Malinche”, quien vuelve arrepentida a llorar por su traición a los indígenas tras su fallida relación con Hernán Cortés.

También surgen otras versiones en las que la mujer espectral es protagonista de una historia de desamor y traición. Ella de raza indígena y su amante español, quienes procrean a tres hijos. Él, tras prometerle que se casaría con ella, lo hace con otra de su clase. La mujer indígena cegada por los celos ahoga a sus hijos y se suicida.

‘La Llorona’ en Latinoamérica.

La combinación de creencias de las culturas Mesoaméricanas con la de los conquistadores españoles, originó que el mito de “La Llorona” fuera adoptado en diferentes países de América Latina.

La Pucullén de Chile.

“La Llorona chilena” se llama La Pucullén -de cullen, lágrima, y pu, plural-, ánima que se cree llora eternamente porque le quitaron a su hijo de sus brazos a muy corta edad. A este espectro sólo pueden verlo gente cercana a la muerte o personas con habilidades especiales, llamadas machis o calcus.

La Tarumama de Colombia.

Según la versión colombiana, “La Llorona” es el fantasma errante de una mujer que recorre los valles y montañas, cerca de los ríos y lagunas, vestida con una bata negra que la cubre hasta los talones. Tiene el cabello largo, negro y rizado, donde posan grillos, luciérnagas, cocuyos y mariposas. Su rostro es una calavera aterradora, y en las cuencas de sus ojos giran dos bolas incandescentes. Lleva en sus brazos el cadáver de un bebé y llora lágrimas de sangre.

María de Guatemala.

Aquí la mujer fue quien engañó a su esposo, y en uno de sus amoríos queda embarazada. Ante la angustia de que su marido pudiera enterarse, se vuelve loca y ahoga a sus tres hijos en un río y se suicida. Por lo cual es condenada a repetir hasta el fin de los tiempos su grito “Ay mis hijos”.

Otros países

En otros países como Venezuela, Uruguay, Argentina, Panamá, El Salvador, Honduras y Costa Rica, la leyenda de La Llorona es similar e igual de popular que en México.

Fuente: Excélsior.
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