Ciudad de México (29 de septiembre de 2016).- El hierro y otras sustancias presentes en las entrañas de la Tierra indican que el satélite natural de nuestro planeta se formó a partir de los escombros dejados por una gran colisión, informa un artículo de un equipo de científicos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins (Baltimore, Maryland) publicado en la revista ‘Nature Geoscience’.
Al analizar los datos de la actividad sísmica en el núcleo y el manto de la Tierra los geólogos han descubierto una capa de hierro, silicio, oxígeno y otros elementos químicos de cientos de kilómetros de espesor.
Los resultados de una simulación mostraron que una colisión de la Tierra con un cuerpo celeste del tamaño de Marte hace unos 4,5 millones de años habría dejado una estable capa cerca del centro del planeta.
Los investigadores han simulado el impacto en más de 60 experimentos usando alrededor de 3,5 onzas de soluciones salinas o etanol que representan el proyectil planetario que golpeó la Tierra. Estas se dejaron caer en un tanque de forma rectangular con unos seis litros de fluido que representaban la Tierra primitiva.
En un primer momento se colocó en el tanque una combinación de fluidos en distintas capas sin mezclarse: aceite flotando en la parte superior para representar el manto de la Tierra y agua en la inferior para hacer lo propio con el núcleo de la Tierra.
El análisis del impacto mostró que la distribución de la mezcla dependía del tamaño y la densidad del ‘proyectil’ celeste que golpeó la ‘Tierra’. Los autores del estudio han sugerido que el tamaño del cuerpo que colisionó con nuestro planeta era más pequeño o igual que el de Marte.
Hasta ahora casi todas las hipótesis sobre la formación de la Luna apuntan a que se produjo una violenta colisión de nuestro planeta contra un enorme objeto celeste. Los restos de esta remota catástrofe formaron una densa nube que, por las leyes de la gravedad, acabó formando nuestro único satélite natural. Con todo, la teoría no ha quedado totalmente demostrada.
Fuente: Zócalo.