Por Antonio González Vázquez
La muerte se tomó un cierto descanso por las vacaciones de semana mayor y se mostró solo de vez en cuando y no con la frecuencia que lo había hecho en los 18 meses de gobierno anteriores. En el décimo noveno mes de gobierno de Juan Manuel Carreras López amainó el torrencial de violencia, pero no por ello dejaron de presentarse sucesos cruentos y atroces como los que a continuación se narran en esta crónica mensual de homicidios.
El día 2 de abril, un joven de nombre José, se fue muy de mañana al tianguis del automóvil que se instala por el rumbo de la Fenapo todos los domingos. Quería vender su auto pero no tuvo suerte y ya por la tarde se quedó en el lugar conviviendo con otros vendedores, sin embargo, de súbito, unos sujetos que llegaron al lugar a bordo de una motocicleta le dispararon a mansalva. José murió ahí mismo y los asesinos, como suele ocurrir, huyeron a destino incierto.
En la comunidad de Los Nazarios del casi fantasmal municipio de Villa de La Paz, unos campesinos se encontraron en camino a su caso el cuerpo sin vida de un hombre. Se lo encontraron como a las dos de la tarde del 2 de abril y la sorpresa fue mayúscula: le dieron tres tiros de arma de fuego, le cercenaron la mano derecho y le quemaron el rostro. También, sus asesinos lo torturaron, por eso le quemaron parte del vientre hasta los testículos. La policía no logró identificar el cuerpo y de los criminales, menos se supo algo.
Por la noche del 5 de abril, Gerardo y su esposa Margarita, ambos profesores jubilados, estaban por integrar a su casa en la calle de Constitución de 1917 de la colonia W en Soledad de Graciano Sánchez cuando, de súbito, se detuvo ante ellos un vehículo compacto y desde el interior de ésta, les dispararon. Tras la ráfaga, el maestro murió y la maestra resultó gravemente herida. La policía buscó infructuosamente un Chevy Monza color rojo en el que viajaban los asesinos pues no dieron con los responsables.
Pasaba de las ocho de la noche del 8 de abril cuando unos vecinos de la colonia El Papalote del municipio de Matehuala se encontraron con los restos de un hombre arrumbados en el camino. Llamaron a la policía y acudieron los municipales y luego éstos pusieron al tanto a la Policía Ministerial. El Ministerio Público dio fe del cuerpo de un hombre de unos 25 años de edad con herida de disparo de arma de fuego en la cabeza. No portaba ninguna identificación ni nadie del rumbo le conocía, así que pasó como un ejecutado más no identificado.
Un agente de la policía Ministerial dio muerte a un presunto delincuente en un enfrentamiento con hombres armados en la colonia Balcones del Valle. Serían las siete de la tarde del 8 de abril cuando tras una persecución, un agente que pretendía cumplir una orden de aprehensión fue atacado y éste en respuesta, persiguió al agresor y le disparó al vehículo en el que huía, Un Honda de color negro.. La Procuraduría General de Justicia informó que inició una investigación sobre el hecho y que el agente Ministerial involucrado está a disposición del Ministerio Público.
El 14 de abril, un guardaespaldas de Pascual Oyarvide, dueño del periódico sensacionalista El Mañana de Ciudad Valles, murió de manera muy sospechosa al darse un disparo en la cabeza. Los hechos ocurrieron en la residencia del empresario, de lo cual, la Procuraduría General de Justicia no ofreció mayor detalle.
Integrantes de dos de las más de 400 bandas que ocupan la capital del estado, se enfrentaron en calles de la colonia Plan Ponciano. El cruento enfrentamiento inició a las dos de la tarde del 15 de abril; tras una hora de peleas e incluso disparos, concluyó la campal con saldo de un adolescente de 17 años muerto con arma de fuego y otro más, de 19, herido de gravedad, pero un día después falleció. Todo empezó porque unos y otros se lanzaron bullas cuando paseaban en caravana en sus minúsculas y ruidosas motos. Cuando llegó la policía a la colonia, todos los pandilleros ya habían huido.
Dos días después de su desaparición, fue localizado el cuerpo de Bernardina. La joven de 20 años de edad había salido de su casa en una comunidad llamada El Zopope del municipio de Aquismón el pasado 11 de abril. Esa tarde salió sin decir nada y solo se le vio conversando por teléfono y ya no regresó. Su cuerpo abandonado entre la maleza de un potrero, presentaba señales de violencia en el cuello; la habían ahorcado y luego su cuerpo desmadejado y frío, a la intemperie hasta ser ubicado no por otra triste circunstancia sino porque ya avanzaba su descomposición. Guiados por el mal olor que desprendía, el cadáver fue hallado por la tarde del 17 de abril y la policía confirmó que había sido muy probablemente un feminicidio.
Por la mañana del 19 de abril fue localizado el cuerpo de un hombre en la profundidad de una fosa séptica. Fue por pura casualidad que unos vecinos de la comunidad de Santo Domingo, municipio de Villa de Zaragoza que, pasando por el lugar, tuvieron la ocurrencia de acercarse al pozo y cual fue su sorpresa que en el fondo vieron un cuerpo inerte. Llamaron a la policía que luego de rescatar el cuerpo para enviarlo al forense, reportó el hecho como el hallazgo del cadáver de un hombre desconocido.
Durante la madrugada del 24 de abril entre las calles de República de Venezuela y América del Sur fue localizado el cuerpo de Luis Carlos. Murió instantáneamente de un tiro de arma de fuego en la cabeza; su cuerpo quedó tendido en la penumbra de alto riesgo de la colonia Satélite.
A José Refugio lo mataron a las once de la noche del 24 de abril en una calle desierta de la colonia Las Julias. José Refugio se dirigía a su casa por la calle de Flamingos cuando un estruendo lo sacudió: desde la oscuridad le lanzaron unos petardos que estallaron en su cabeza. Se derrumbó y ahí mismo murió.
En la soledad de un cuarto de hotel en la zona del libramiento poniente del municipio de Ciudad Valles fueron localizado los cuerpos de un hombre y una mujer, los dos con disparos de arma de fuego. El 24 de abril a las siete menos diez de la mañana, empleados del hotel encontraron los cadáveres. Según las primeras cavilaciones de la policía, se pudo tratar de un homicidio y de un suicidio, de tal modo que un sujeto de nombre Juan de Dios, asesinó a Sarahí y luego se suicidó.