Ciudad de México (19 de septiembre de 2016).- Si se toma en cuenta solo a civiles (es decir, sin contar a líderes políticos, religiosos y militares) Carl Panzram puede ser considerado uno de los seres más crueles de todos los tiempos.
Nació en 1891 en una familia pobre de Minnesota, EE.UU. A los 8 años fue internado en un reformatorio llamado Red Wing, y al salir comenzó a dormir en trenes de mercancías; en un vagón de carga, fue abusado por varios transeúntes, hecho que lo marcaría a fuego.
En 1915, viajó a lo largo del río Columbia, robando, provocando destrozos a su paso y abusando de jóvenes y niños.
Fue condenado a siete años en la Penitenciaría de Oregón, de donde escapó en 1918. Entonces cometió su primer asesinato. En Nueva York desarrolló un oscuro método: contrataba a marineros para trabajar en un barco y los mataba a tiros mientras dormían.
En 1920 viajó a Angola; al llegar, contrató a seis guías locales para una expedición de caza; los mató a todos y arrojó sus cadáveres a las fauces de los cocodrilos.
Buscado por la policía en África, regresó como polizonte a EEUU.
En 1928 fue encarcelado nuevamente y condenado a 25 años en la Penitenciaría de Kansas. Allí asesinó al jefe de lavandería golpeándolo con una barra de hierro.
Panzram fue condenado a muerte en septiembre de 1930, luego de admitir haber cometido 21 asesinatos y más de 1.000 violaciones de niños y adultos.
“Por todas esas cosas que he hecho, no pediría perdón; odio a la totalidad de la raza humana, incluido a mí mismo”, dijo.
Fuente: History.