Por Victoriano Martínez
Cuando todo son ocurrencias con la urgencia de quedar bien y pretender ganar la simpatía de la población no siempre el bombardeo propagandístico logra esconder que lo que se promete se cumple a medias: tal fue la sorpresa que le dio el árbol de Navidad más grande de Latinoamérica al gobernador Ricardo Gallardo Cardona.
“El árbol más grande de Latinoamérica es la primera sorpresa de las muchas que habrá en el Festival de Invierno de San Luis Potosí”, escribió en su página de Facebook unas horas antes de la ceremonia de encendido.
Unos cuantos minutos después de haber conectado, a cuatro manos con su esposa, el enchufe más grande del mundo, Gallardo Cardona retiró de su página de Facebook, y también de la página del Gobierno del Estado, el video de la transmisión que se hizo en vivo. Astrolabio Diario Digital alcanzó a descargarlo antes de que lo eliminaran.
Proliferaron las transmisiones en vivo. Unas muy breves y otras –como la de Código San Luis– de más de una hora. Luego de que encendió mucho menos que a medias y provocó un apagón en la Plaza y algunas calles aledañas, en el espacio de comentarios de varias transmisiones se dio una probada de la creatividad muy mexicana que seguro comenzará a producir memes.
“Igualito que La Cumplidora”, “compró la misma marca que Nava”, “dijeron que el más alto, no el más iluminado”, “todo es culpa de la herencia maldita”, “y lo iba a ver el Papa Francisco”, “volvieron a usar las series que tenía guardadas Carreras”, “busquen el foquito que se fundió para que funcione completa”, “el Grinch ya hizo de las suyas”…
Y enseguida comenzaron a aparecer los videos y fotografías tomados con celular… con muchas más ocurrencias.
Entre lo chusco y lo dramático, Gallardo Cardona desapareció de la escena. Se le veía al fondo del tapanco, mientras al frente un Santa Clós –que no faltó quien dijera que era Rafael Aguilar Fuentes, el Chiquilín, por aquello de que no lo dejarían sin trabajo– tratada de distraer al público.
Cualquier parecido con la parafernalia propagandística que se da en torno a…
- La entrega de licencias gratuitas y permanentes que sólo son para servicio particular y mantiene con los mismos costos elevados de siempre las que se requieren para trabajar, con lo que se incumple la promesa de que se haría para ayudar a quienes las necesitan para conseguir un empleo.
- La entrega de placas gratuitas que no beneficiará más que a quienes adquieran vehículos nuevos o hagan cambio de propietario… o someterán a todos a un canje de placas que no se aplicaba desde 2013 como medida de apoyo a la economía familiar. Desde 2014 así se ha señalado en las leyes de ingresos estatales.
- El río navegable en el Parque Tangamanga I que terminará reducido a un lago más.
- El ahorro en la Casa de Gobierno… para gastarlo en un despacho alterno en la torre corporativa del Centro de Convenciones, con la Secretaría de Desarrollo Económico damnificada y en espera de contar con oficinas algún día.
- La eliminación de escoltas para los altos funcionarios… para luego crear una guardia pretoriana con alcance a sus familiares, oficinas, propiedades y hasta amistades invitadas.
- La Cumplidora que terminó convertida en vale para canjearla por una despensa.
- … y hasta el “vivir sin miedo”.
… es más que coincidencia.
La propaganda dice “¡Promesa cumplida!”. Entre la población en general no deja de estar presente la duda fundada de que no es así. “Igualito que La Cumplidora”, es un comentario provocado por el fallido funcionamiento de la iluminación del árbol navideño que resume la percepción que se tiene sobre los actos cumplidores del gobierno de Gallardo Cardona: no cumplen como debieran.
El frustrado encendido del árbol se presenta como un significativo prototipo de las acciones del nuevo gobierno: ocurrencias y simulación. En otras –como las enumeradas más arriba– no resulta tan evidente, porque con el árbol el ridículo le resultó inevitable… por mucho que se haya eliminado en Facebook el video oficial y prolifere mucha propaganda para contrarrestar la pifia.