La propaganda de Xavier Nava: entre lo ilegal y lo inmoral

Alejandro Rubín de Celis

Sin recato alguno, Xavier Nava Palacios ha seguido la deshonrosa costumbre de los políticos de hacerse propaganda en época de informes de gobierno… y cuando no los hay, también. Lo más cuestionable es la grave falta de pasar por encima de principios y valores que promovió y practicó nada menos que su abuelo, el doctor Salvador Nava Martínez.  

Con motivo de su primer informe de gobierno, el alcalde de San Luis Potosí ha desplegado una profusa campaña de promoción personalizada en calles y avenidas de todo el municipio a través de espectaculares, y con mensajes en medios de comunicación y plataformas digitales, acogiéndose a una conveniente norma legal que viola la Constitución.

Del gobernador Juan Manuel Carreras o del presidente municipal de Soledad, Gilberto Hernández Villafuerte, no se podía esperar menos ꟷcomo lo han hecho siempre otros políticos acostumbrados a exaltar su imagen a costa del erario como si fuera lo más   normalꟷ, pero de alguien que abrevó desde niño una manera distinta de ver a la sociedad y al gobierno, basada en la honradez, la verdad, la justicia, la decencia y la austeridad, entre otros valores que impulsó el doctor Nava como alcalde y como líder civilista es, por decir lo menos, incongruente. Cientos de miles de pesos del erario gastados en una campaña para exaltar presuntos logros, con la imagen en primer plano del presidente municipal, que esconde la verdadera intención de promover la figura de un político que busca llegar a la gubernatura o repetir en el cargo que ostenta.

Xavier Nava se justificará diciendo que él actúa dentro del marco legal porque el artículo 347 de La Ley Electoral del Estado permite a quienes tienen la obligación constitucional de rendir cuentas a los ciudadanos anualmente, difundir sus acciones siete días antes y cinco días después de su informe, con lo que ha dado rienda suelta al culto a la personalidad, particularmente con espectaculares donde aparece dibujado en primer plano.

De hecho, ese artículo de la ley dispensa a los políticos de acatar lo que establece el artículo 134 de la Constitución federal en el sentido de que ningún funcionario puede hacerse promoción personalizada con cargo al erario.

Pero da la casualidad que ninguna ley secundaria puede estar por encima de la Constitución, y eso lo sabe bien Nava Palacios, que prefiere acogerse a la vieja y viciada costumbre del auto elogio que guardar y hacer guardar la Constitución, como lo juramentó cuando asumió el cargo de presidente municipal.

¿Por qué su equipo de comunicación ꟷcon su aval, por supuestoꟷ no diseñó una campaña en la que se proporcionaran datos e información a la ciudadanía sin que apareciera la imagen del alcalde? Nava, como los otros, no escapa a la tentación de la promoción personal y menos cuando se quiere llegar más lejos en política.

Más allá de lo inconstitucional del asunto, está la parte moral de quien se podría decir fue un discípulo privilegiado del Navismo, pues además del doctor Nava toda su vida ha estado rodeado por familiares del mismo apellido y por la esposa del oftalmólogo, doña Conchita Calvillo, ejemplo de congruencia en la lucha cívica, y por lo tanto conoce como pocos la historia del Movimiento Navista y sus valores.

Es seguro que el doctor Salvador Nava Martínez se hubiese opuesto terminantemente a derrochar dinero público en una campaña como la que ha emprendido su nieto, quien está más preocupado por posicionarse de cara a las elecciones de 2021, que de resolver de fondo los graves problemas que aquejan al municipio.

De hecho la promoción de su imagen a través de gacetillas en medios de comunicación comenzó desde el inicio de su administración, a sabiendas de que paga a esos medios para que hablen bien de él y de su gestión, y de que se engaña a la población con la publicación de esa propaganda personalizada disfrazada de información periodística.

El engaño nunca fue una práctica social ni política de su abuelo, estaba absolutamente en contra de ello; él siempre habló de frente y con la verdad a la gente.

El alcalde está dilapidando el buen nombre de Salvador Nava Martínez, cuya buena imagen, ganada por trabajar genuinamente en favor de la gente y sin promover el culto a la personalidad indebidamente, fue en buena medida lo que lo llevó al cargo donde está.

Integración tardía de órgano de contraloría social

En su toma de protesta, Xavier Nava Palacios se comprometió a dar prioridad y fortalecer los órganos de gobierno con participación ciudadana. Fue enfático al señalar que la participación de ciudadanos en la toma de decisiones del gobierno municipal es fundamental para empoderar a la gente y que se resuelvan los problemas en función de las prioridades sociales, al tiempo que se vigile la actuación de los funcionarios y el buen uso de los recursos públicos.      

Pues ya transcurrió la tercera parte su administración y apenas ha iniciado el proceso para integrar el Consejo Ciudadano de Contraloría Municipal, un órgano que resulta de la mayor importancia para que miembros de la sociedad puedan supervisar la labor que realiza la administración municipal en materia de  inversiones en servicios públicos, programas sociales, obra pública, adquisiciones, desarrollo urbano y movilidad, según se da a conocer en el portal del Ayuntamiento.

Los interesados tienen del 25 de septiembre hasta el 20 de octubre para postularse y será hasta el 23 de noviembre cuando se dé a conocer el fallo de las personas seleccionadas para integrar ese organismo. 

Ya para entonces se habrá ido un año y casi dos meses de la administración sin que hubiese una vigilancia ciudadana que significara un dique ante posibles abusos de autoridad o malos manejos con el erario municipal.

Se nota la profunda convicción del alcalde por la participación ciudadana en la vigilancia de su administración.

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