Estela Ambriz Delgado
La problemática del acoso inmobiliario en la Sierra de San Miguelito, y la urbanización en sus zonas bajas se relaciona ampliamente con las crisis hídricas en la zona metropolitana de San Luis Potosí, e irónicamente esto también es la causa de las inundaciones cada vez más fuertes durante la temporada de lluvias; a esto se suma la insistencia de traer más industria de alta extracción, y el creciente mercado irregular del agua, de acuerdo con el presidente del Consejo Hídrico Estatal, Jonathan Abraham Quintero García.
En la conferencia “Protegiendo la Sierra de San Miguelito: un llamado a la acción por la sostenibilidad hídrica en San Luis Potosí”, dada por el también investigador en el Tercer Festival que conmemora la declaratoria del Área de Protección de Flora y Fauna, expuso la importancia de la misma en el ciclo hidrológico natural.
Puntualizó que la Sierra es el ecosistema más importante de la región centro del estado, ya que es la principal fuente de captación hídrica de las aguas pluviales, con la cual se abastece más del 85 por ciento de la población de la zona metropolitana, y de muchas comunidades a través del sistema de pozos.
Sin embargo, a través del tiempo la Sierra de San Miguelito ha tenido distintos procesos de degradación que han sumado a la crisis hídrica que hasta la fecha se tiene en la zona metropolitana, la cual seguirá agravándose conforme continúe las mismas dinámicas que afectan al APFF.
Quintero García explicó que desde el origen de la ciudad capital, ha tenido una relación muy cercana con la sierra, y de acuerdo con el mapa más antiguo que data de 1594, se representan los cerros en la parte poniente los primeros asentamientos en la zona centro y las lagunas que se encontraban en el valle, las cuales desaparecieron conforme creció la ciudad y se urbanizaron estas áreas naturalmente inundables.
Dichas lagunas, que fueron desapareciendo al ser cubiertas de asfalto, también se desecaron por las actividades que se desarrollaban antiguamente como el procesamiento de los minerales extraídos de Cerro de San Pedro, para lo que se utilizaba mucha agua, además de que a causa de esto también actualmente los suelos de gran parte del valle de San Luis están contaminados con desechos de la minería.
Una mala gestión de los cuerpos de agua
El maestro en Ciencias del Hábitat y doctor en Ciencias Sociales mostró que, de acuerdo con un plano de 1869, en ese entonces aún se observaban los mismos ríos, algunas lagunas, ojos de agua, y escorrentías que igual fueron desapareciendo. Sin embargo, al entrar el siglo XX fue cuando se terminaron por desecarse y comenzó a agudizarse la crisis hídrica que hasta hoy persiste, por la sobreexplotación de estos cuerpos de agua.
Aunque todavía existían cuerpos de agua que se conformaban con las escorrentías desde el sur de la Sierra de San Miguelito, como los ríos Españita y Santiago: estos desaparecieron porque el primero fue entubado y desviado artificialmente, lo que generó un grave problema de inundaciones; y el segundo fue pavimentado bajo un enfoque de modernidad que en realidad fue de degradación espacial y ambiental, y actualmente es un bulevar que se inunda porque recobra su naturaleza de río en temporada de lluvias.
Asimismo, existió el río La Corriente en lo que actualmente es la avenida Reforma, que también fue entubado y desviado artificialmente.
“Lo que sucedió es que las autoridades, al hacer mala gestión de los cuerpos de agua y al no protegerlos y cuidarlos, optaron por seguir extrayendo el agua indiscriminadamente, pero ahora del subsuelo. Lo que ahora conocemos que es el acuífero subterráneo, del que se abastece al grueso de la población (…) claramente es una actividad extractiva muy ineficiente por parte de las gestiones, tanto a nivel estatal como municipal de manera histórica hasta la actualidad”.
Expansión invasiva y descontrolada de la mancha urbana
El presidente del Consejo Hídrico señaló que a partir de la reforma al artículo 27 de la Ley Agraria, entre los años 1992 y 1993, las comunidades y ejidos cercanos a la zona metropolitana se han visto afectados por la invasión inmobiliaria, con cambios de usos de suelo que provocaron una expansión invasiva, dispersa y descontrolada de la mancha urbana por las inmobiliarias.
La Sierra de San Miguelito comenzó a ser urbanizada a partir de 2010 a la fecha, principalmente en sus faldas y la primera franja de colinas, que es el área en donde se encuentra la Feria Nacional Potosina (Fenapo), así como toda la franja del sur hasta el poniente, en donde se encuentra Villa Magna, hasta Capulines incluso.
Asimismo, Jonathan Quintero expresó que es necesario entender que la mancha urbana se encuentra justamente en una cuenca natural, rodeada de sierras y lomeríos de la Sierra de San Miguelito y la Sierra de Álvarez; las escorrentías bajan superficialmente y de manera subterránea a través del acuífero hasta el centro del valle que es donde esta se ubica.
Al ser una cuenca que no tiene salida al mar, tiene características que son contraproducentes para la población, pues el agua capturada por debajo del subsuelo y por arriba está altamente contaminada, es decir, que los contaminantes se encuentran debajo y arriba del suelo al mismo tiempo.
“Hay coliformes fecales, hay metales pesados por la industria y la minería de hace mucho tiempo y de la industria actual. Entonces, toda el agua que estamos consumiendo en el valle está muy contaminada, y no tenemos plantas de tratamiento ni potabilizadoras para poderlas consumir y aún así es el agua que se nos dota a través de los pozos y la red o a través de pipas”.
Al respecto, subrayó que es una cuestión muy grave de salud pública que no se ha atendido, y que las autoridades a nivel estatal y municipal históricamente han hecho caso omiso, mientras que la industria, la contaminación y la ciudad, siguen creciendo desde este mismo modelo especulativo e invasivo, y por lo tanto muy contaminante.
Inundaciones en aumento
Quintero García indicó que las escorrentías superficiales culminan en la mancha urbana causando inundaciones, pues en la primera franja de colinas de la sierra es donde se encontraba una parte de las áreas de filtración, donde el suelo es permeable.
Por lo tanto, cuando llueve en las partes altas, el agua baja una parte, pero otra se filtra al subsuelo y después vuelve a bajar, aunque de manera subterránea y forma una especie de correntías y manantiales subterráneos, es decir, el acuífero.
Sin embargo, al crecer la mancha urbana de manera desproporcionada hacia las zonas sur y poniente de la ciudad, particularmente donde fue el ejido Garita de Jalisco, y en una parte de San Juan de Guadalupe, e impermeabilizar esas áreas de filtración, el agua corre superficialmente a través de escorrentías con pendientes pronunciadas.
“Las escorrentías ya no solamente inundaban la ciudad, sino que hicieron que bajara el agua de manera muy agresiva, lo que genera un riesgo tanto para los habitantes de esas zonas residenciales que se encuentran arriba, como para la población que está en el paso de las escorrentías y la población que está en las partes bajas donde se llega a estancar”.
En este sentido, el investigador hizo mención de que distintos estudios muestran el aumento exponencial de las escorrentías en relación con el avance de la depredación inmobiliaria de las faldas de la sierra, tanto en zonas naturalmente inundables que fueron pavimentadas, como en otras que no padecían esta problemática. Además, con esto se cortó todo el ciclo natural hidrológico de la región.
“Aumentó el nivel de agua y los daños, pero al mismo tiempo zonas que no se inundaban ahora ya lo hacen y se inundan muy fuerte, fue un salto muy grande porque también fue una urbanización muy acelerada en zonas donde no debieron de haber urbanizado y donde siguen queriendo hacerlo aún con el decreto de Área Natural Protegida. De ahí la importancia de que como población tomemos conciencia y ayudemos a protegerla, pues no es suficiente con el decreto, ya que la mafia inmobiliaria sigue implementando mecanismos legales para echarlo abajo”.
Escasez de agua pero no para todos
Respecto a la crisis hídrica que esta situación ha agravado, al impedir con el pavimento una óptima recarga de los mantos acuíferos, el presidente del Consejo señaló que la escasez no es para todos, sino solamente para la clase trabajadora y grupos vulnerables, pues hay sectores que, a pesar de la situación, no han tenido tandeos ni suministro por pipa, sino un servicio continuo como en las zonas residenciales y la Zona Industrial, aunque son altas extractoras y una buena parte son deudores.
Explicó que en la crisis, el agua en la zona metropolitana se destina a lo que es prioridad, que es la industria, las zonas residenciales y comercios, pero al mismo tiempo aumenta la demanda por parte de la población, que es atendida por las pipas privadas, lo que genera un mecanismo engranado que la población desconoce.
“Hay un mercado del agua que la acapara para poderla vender a la gente que no le surten, esa es una; hay un modelo de desarrollo urbano muy agresivo, invasivo y especulativo, es decir, que juega con la oferta y demanda de las tierras, expandiendo la ciudad de manera indiscriminada sin planeación, solamente a conveniencia económica de los inmobiliarios, entonces se ha hecho complicidad de las diferentes gestiones estatales y municipales hasta la actualidad”.
Además, Jonathan Quintero mencionó que por otro lado se tiene el crecimiento industrial de alta extracción hídrica, que también tiene una lógica de gobierno, pues en la actual administración de Ricardo Gallardo Cardona se dice que se darán miles de empleos, pero nunca se explica a costa de qué, en este caso trayendo estas industrias que no son aptas para la región y llegan a consumir grandes cantidades de un recurso que se encuentra altamente limitado en la región, en la que también hay una gran desigualdad en su acceso, lo que se agudizará con un crecimiento en el sector industrial.