Por Antonio González Vázquez
Jesús Martínez Loredo dejó la Auditoría Superior del Estado con una “mentirilla” más al asegurar que renunciaba “por razones estrictamente de salud”. En realidad, renunció por la obligación de un acuerdo que se tomó con los diputados. Es decir, no fue por razones de salud sino porque le exigieron la dimisión “voluntaria”. Antes de la dimisión el auditor dijo desconocer los moches y aseguraba que no había acuerdos extralegales en la revisión a las cuentas públicas.
Su carta de renuncia entregada a los diputados la noche de ayer 15 de junio dice que es por razones estrictamente de salud y que su dimisión es irrevocable.
Este es el comunicado oficial del Congreso en el que se explica las razones de la renuncia de Martínez Loredo.
El presidente de la Directiva del Congreso del Estado diputado Manuel Barrera Guillén dio a conocer que en una reunión con el auditor superior del estado José de Jesús Martínez Loredo, acordaron su separación de manera voluntaria por el bien de la institución.
Anunció que en breve sostendrá una reunión con los nuevos integrantes de la Comisión de Vigilancia, para determinar el proceso legislativo que sigue a fin de elegir a la persona que ocupará el cargo; “se estudiarán todos los perfiles para elegir al más adecuado, ya que la fiscalización de los recursos públicos es una tarea de alta responsabilidad”.
Con esta determinación empieza una nueva etapa en el Poder Legislativo que deberá trascender a los poderes Ejecutivo y Judicial, para que revisen y hagan lo propio en aras de mejorar la imagen pública de todas las instituciones, con hechos y acciones concretas.
El diputado Barrera Guillén señaló que una vez determinado el procedimiento a seguir, quienes aspiren a ocupar el cargo de titular de la Auditoría Superior del Estado deberán cumplir todos los requisitos y serán atendidos para las entrevistas correspondientes.