Por Victoriano Martínez
¿Estará enterada la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo de que, con tal de montarse en el proyecto de la Universidad Nacional Rosario Castellanos, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona pretende dejar sin escuelas a más de 800 estudiantes de primaria y secundaria?
El artículo 5 del decreto por el que se crea la UNRC señala como patrimonio de esa institución “los bienes muebles e inmuebles que por cualquier medio sean donados o transferidos a la “UNRC” por parte del Gobierno federal, los gobiernos de las entidades federativas y los gobiernos municipales o las alcaldías de la Ciudad de México”.
Es muy probable que Gallardo Cardona se haya anotado inmediatamente con la donación de un inmueble para ser considerado entre los primeros estados en contar con la nueva universidad para mantener su simulada convicción cuatroteísta, y hasta después haya averiguado qué inmueble le podría transferir.
Con tan mal tino se hizo la selección del inmueble, que al primero que anotó fue la sede de la Escuela Secundaría Técnico No. 1 (ETI-1), con 62 años de tradición y reconocida por contar con un modelo propio de educación técnica en niveles básicos fomentado por décadas.
En 62 años de operación, las instalaciones de la ETI-1 no se encuentran en las mejores condiciones, lo que no significa que no cuente con una comunidad estudiantil cercana a los 300 estudiantes.
Lejos de someter a esa comunidad estudiantil a perder los programas de aprendizaje en curso y reubicarlos en planteles con vocación diferente, el gobierno debió presumir, como suele hacerlo con cualquier mejor a alguna escuela, inversiones para mejorar sus instalaciones y aumentar su capacidad por ser una escuela que capacita hasta para el autoempleo.
No conforme con afectar a los estudiantes de la ETI-1, Gallardo Cardona también pretende transferir a la UNRC las instalaciones de la primaria Tipo “21 de Agosto”, y distribuir a más de 500 alumnos de primaria entre planteles por distintos puntos de la ciudad. El pretexto: el inmueble presenta afectaciones por una falla geológica.
Otra vez en lugar de invertir para corregir las condiciones del inmueble opta por perjudicar a los estudiantes y transferirlo a la UNRC, como si la nueva universidad estuviera tan necesitada que se le pueda donar un edificio que de por sí es un “foco rojo”, según Juan Carlos Torres Cedillo, secretario de Educación del Gobierno del Estado.
¿Estará enterada la presidenta Sheinbaum Pardo de que, con tal de montarse en el proyecto de la Universidad Nacional Rosario Castellanos, Gallardo Cardona no sólo pretende dejar sin escuelas a más de 800 estudiantes de primaria y secundaria, sino también donarle un edificio que calificaba como foco rojo y tenía planes de desechar?
Al presentar el proyecto de la UNRC, Sheinbaum Pardo dijo que “tenemos que contar con un edificio. Al mismo tiempo, vamos a ir construyendo los edificios definitivos, digamos, pero, para empezar, podemos empezar si los gobernadores o gobernadoras nos dan un edificio”.
Por lo visto, Gallardo Cardona fue de los primeros gobernadores que se anotó para proporcionar una sede, aunque quizá cuando lo hizo no sabía de qué edificio o edificios podría disponer.
“Hay mucha infraestructura que no se está utilizando en lo que se requiere, o burocracia, que puede ser adaptada perfectamente para una universidad”, expuso la presidenta el 2 de diciembre. “Al mismo tiempo, insisto, se irán construyendo las instalaciones definitivas”.
Si el proyecto de la UNRC contempla la construcción paulatina de “instalaciones definitivas”, ¿para qué sacrificar a 800 estudiantes de primaria y secundaria técnica? ¿No sería más conveniente que se invirtiera en la reparación de sus instalaciones para conservar dos planteles educativos de larga tradición, uno incluso con su propio modelo educativo técnico?
Ambos edificios no cumplen las dos condiciones que señaló Sheinbaum Pardo para ser candidatos a ser donados a la UNRC: sí se están utilizando en lo que se requiere y no sólo necesitarían adaptaciones para ser universidad, sino reparaciones mayores que el gobierno estatal ha incumplido y que tendría que enfrentar la Federación.
Una ocurrencia más del mandatario que ya ha despertado la inconformidad de la comunidad estudiantil y académica de los dos planteles, los padres de familia y ex alumnos –que son muchos tras 62 años de actividad– que ya convocan a movilizaciones.
Gallardo Cardona no sólo pretende quedar bien con la 4T, sino que además busca deshacerse de la responsabilidad de atención a esos dos edificios en perjuicio de 800 estudiantes y, de paso, endilgarla a la Federación el mantenimiento y reparación de las instalaciones. ¿Le quiere ve la cara a Sheinbaum Pardo? ¿A quién más?