Por Victoriano Martínez
El gobierno de Ricardo Gallardo Cardona encontró la forma de resolver el caos provocado por la humareda informativa en torno a la desaparición de 23 presuntos turistas y/o migrantes en la carretera 57, en el municipio de Matehuala: proclamar la verdad en un comunicado elaborado por Comunicación Social y publicarlo textual como gacetilla en varios medios.
“Resultó ser un viaje más de traficantes de personas ilegales por territorio potosino. Y tampoco eran 23, como se empeñaban en decir fuentes oficiales de Guanajuato, y hasta el dueño de la empresa que rentó las dos camionetas. Al final la verdad siempre triunfa, y quedó al descubierto que los pasajeros de esas unidades eran indocumentados”, señaló en el comunicado.
Tres afirmaciones que, como verdad triunfante, pretenden cancelar cualquier derecho a ponerlas en duda o a especular y hacer conjeturas en torno al flujo de información confusa y contradictoria, incluso de funcionarios de un mismo gabinete, so pena de contribuir a un mal intencionado clima de desinformación.
“Un viaje más de traficantes ilegales de personas por territorio potosino”. ¿Cuántos más hubo antes y por qué no se actuó en todos ellos? Y el caso de los 16 viajeros originarios del Estado de México, Querétaro y Guanajuato que se reportaron como asaltados y no se señalaron como migrantes, ¿qué tiene que ver con viajes de traficantes ilegales?
¿Hasta dónde señalar el empeño de las fuentes oficiales guanajuatenses y de la empresa que rentó los vehículos por hablar de turistas y no de migrantes representa una acusación de complicidad con esos viajes de traficantes ilegales de personas? ¿Se presentarán las denuncias que pudieran proceder?
Tercera afirmación: “quedó al descubierto que los pasajeros de esas unidades eran indocumentados”. ¿Reconocer su verdadero origen le resta gravedad al hecho de que hayan sido secuestrados? ¿A quién deja al descubierto? ¿A las autoridades de Guanajuato como alcahuetas de los traficantes de personas?
Una verdad triunfante con tantos datos imprecisos como señalar que “fueron rescatados más de 50 personas”; la participación de “más de 300 efectivos, varias aeronaves, y diverso equipo tecnológico y táctico”; “se aseguraron al menos seis vehículos, aparte de armas de diverso tipo”; mencionar “al chófer de un autobús que permanecía sin localizar, así como a los pasajeros, sin mencionar cuántos.
Se menciona la detección de “una casa de seguridad donde se mantenían encerrados a otros migrantes, y lo mismo ocurrió con respecto a un hotel”, pero ni se indica el número de migrantes rescatados en uno y otro lugar. Seguro son datos que una verdad triunfante se puede permitir obviar, y la pone en condición de afirmar lo que sigue en el comunicado.
“Todo esto arrojó como resultado un golpe sin precedentes a grupos de la delincuencia organizada que tienen como modus vivendi el secuestro y la extorsión de gente en condiciones de migración.
“La primera noticia sobre la pérdida de los supuestos turistas de Guanajuato avizoraba la posibilidad de muy graves consecuencias, sin embargo, las autoridades federales y potosinas pudieron darle vuelta a la página, y lo que en principio parecía una calamidad resultó en un éxito, que servirá para garantizar más la seguridad de automovilistas en la carretera 57 dentro de su tramo de Matehuala”.
Una exitosa vuelta a la página que se cuida de reconocer congraciantemente la participación de corporaciones federales, pero en la línea acusadora omite la participación de las autoridades de Guanajuato que sí reconocen en otros comunicados las autoridades potosinas.
Una verdad triunfante que, a pesar de su escasez de datos y con omisiones intencionadas, coloca a Comunicación Social en la posibilidad de dar una gran noticia. “Ya lo anunciaron las autoridades: al operativo de vigilancia implementado seguirá una atención y patrullaje policial permanente en la zona”.
Una historia que comenzó con el reporte de la desaparición de 23, la localización de 16 que resultaron ser de un hecho distinto, la búsqueda de los 23 y el hallazgo de 105 –según las cifras que circulan en medios e informes oficiales– en un confuso flujo informativo cuya humareda se pretende disipar con una verdad triunfante que ni explica, ni informa y lanza acusaciones entre líneas.
